Crónica de Steve Vai en Barcelona

Crónica de Steve Vai en Barcelona. Este concierto tuvo lugar el pasado 2 de abril de 2023 en la sala Paral Lel (Festival Mil Lenni). Texto por Jacin Calvo y fotografías por Alfredo M. Geisse.

El gran genio de la guitarra eléctrica Steve Vai ha visitado nuestro país por segunda vez consecutiva en menos de un año, pues el 19 de julio de 2022, presentaba en el teatro Tívoli de Barcelona la actual gira «Inviolate Tour 22/23». Siete meses y medio después, ha regresado de nuevo a la ciudad condal, siendo incluido en la programación de la 24ª edición del festival Mil·lenni, donde el pasado 2 de abril, tuvimos la oportunidad de volver a disfrutar de su show en la sala Paral·lel 62 (antes Barts).

Esta vez sí actuó acompañado de la polivalente guitarra Hydra de triple mástil que no trajo la vez anterior, además de aportar algún que otro detalle diferente al momento, pero en resumen, hizo el mismo espectáculo y presentó un repertorio similar al que vimos el pasado julio, aunque no por ello fue menos interesante, sobre todo para los amantes de la guitarra eléctrica, o para los interesados en la innovación y la experimentación musical, ya que siempre es un lujo poder contemplar y observar con detalle la genialidad y exquisitez de este maestro del mástil, único expresando con el instrumento, transmitiendo sensaciones y sentimientos, investigando, innovando o creando melodías y ritmos que transportan a mundos sonoros indescriptibles, donde una eminencia de la guitarra como Vai, es capaz de tender puentes y trazar caminos sin fronteras con sus cuerdas metálicas, llegando a ser considerado un dios de la guitarra eléctrica y uno de los guitarristas más influyentes en el mundo del rock.

La consolidada trayectoria de este talentoso músico está avalada por once álbumes de estudio como solista y más de cuarenta entre recopilatorios y grabaciones en vivo. Cuenta también con numerosas colaboraciones discográficas con todo tipo de artistas y formaciones pasando por Frank Zappa, Alcatrazz, David Lee Roth o Whitesnake entre otros, además de haber obtenido decenas de premios y reconocimientos a lo largo de su carrera como músico y guitarrista, llegando a vender en total más de 15 millones de álbumes en todo el mundo.

A Steve Vai se le suele reconocer por ser de personalidad humilde, espiritual y cercana, aunque no sé si será por los años, por el aislamiento pandémico, o por otros motivos, pero el caso es que en esta última gira, y en estas dos últimas visitas a Barcelona concretamente, hemos podido percibir esa humildad y esa cercanía multiplicada. Nos hemos encontrado con un Vai más agradecido con la gente, más amable, más cercano y más entregado al público, buscando más complicidad, más colaboración y más contacto con los asistentes que de costumbre.

Unos mil seguidores aproximadamente abarrotaban Paral·lel 62 en los momentos previos al comienzo del show.

A las 21 horas en punto y con la sala en penumbra, la pantalla del escenario iluminó de repente el recinto con el logo de Vai, haciendo acto de presencia en la batería el habitual Jeremy Colson, de pie, sin camiseta, con su cuerpo tatuado y su cabello rubio platino de estética neo punk, marcando los primeros golpes de batería sincronizados al tiempo con hipnóticas imágenes planetarias. En ese momento arranca la música y aparece la banda en escena.

Steve entra en último lugar ataviado con una llamativa camiseta negra de diseño estampada con tonos azulados y semi cubierta por una holgada camisa abierta de color verde pistacho, presentando así una introducción melódica que desembocó finalmente en una simpática y gesticulada performance de bienvenida, adornada con expresivas notas agudas que el ingenioso músico lograba relinchar repetidamente cual salvaje equino, desde su Ibanez Jem negra iluminada con luces led azules en los trastes.

Entre un caluroso y apoteósico recibimiento de ovaciones y aplausos, comenzaba la primera joya del set list «Avalancha» («Inviolate 2022»). En esta ocasión un joven Dante Frisiello, en sustitución de Dave Weiner, fue el encargado de doblar al maestro las melodías de guitarra y también de complementar las partes requeridas en los teclados, realizando un excelente trabajo junto al gran veterano bajista Phillip Bynoe.

La absoluta compenetración y complicidad que se respiraba entre los músicos era más que notable, y siempre es muy gratificante recibir esa energía transmitida desde el escenario, que de forma recíproca retorna con la misma intensidad cuando los músicos disfrutan y se lo pasan bien tocando juntos,

«Giant Balls of Gold» («Alive In An Ultra World 2001′), fue el siguiente regalo de la noche, interpretado con brillante maestría, portando esta vez una mágica Ibanez Jem Pia Black.

Luciendo su preciosa guitarra de jazz modelo Ibanez John Scofield en tonos Violeta, sonaban los acordes de «Little Pretty'» («Inviolate 2022»), ambientada con una tenue iluminación de tonalidades ocre, la banda desarrolló esta extraordinaria pieza de compleja armonía e interpretación, condimentada con la proyección de unas originales imágenes aleatorias.

Tras unas palabras de bienvenida y agradecimientos de Steve con respuesta ovacionada, nos presentó a los músicos y nos brindó con la conocida «Tender Surrender» («Alien Love Secret 1995») acompañada por unas agradecidas y hermosas imágenes de la naturaleza.

En la entretenida «Lights Are On» («Modern Primitives 2016»), todos los músicos cobran protagonismo interpretativo y ejecutan divertidos juegos de repetición entre sí con preguntas y respuestas musicales, que directamente por sorpresa acaban ligando a la siguiente pieza del repertorio, «Incantation» («Alive In An Ultra World 2001»), donde se incorporan progresivamente en el escenario hasta cinco guitarristas, de los cuales tres de ellos son los mismos técnicos de la banda tocando las melodías necesarias para completar esta obra de abundante riqueza armónica, que finaliza con los seis músicos colocados en línea horizontal y arrodillados en las tablas.

Sin previa pausa comienza el duelo de guitarras entre Frisiello y Vai, donde el joven italiano nos demuestra sus malabaristicas habilidades en un mano a mano con el maestro, avivando así la atención y el interés de los presentes, que gozaron de un especial momento con final feliz tras la aparición de Phillip Bynoe a solas en escena, elaborando un tremendo solo de bajo para disfrute del personal. (Lamentablemente con problemas técnicos provocados por un molesto ruido de masa que se prolongó durante unos minutos).

El guitar hero regresó a las tablas aderezado con una gorra negra y sin la holgada camisa, equipado con su Jem77 verde con golpeador blanco. Señal indicativa de que comienza «Candlepower» (Inviolate 2022″), una brillante composición de sonidos cristalinos, ambientada con candentes imágenes aleatorias y una cálida iluminación verde.

Frisiello en solitario nos obsequia con un elegante y tranquilo toque de guitarra que adquiere un repentino carácter agresivo cuando se unen a él los demás componentes, concluyendo así con un solo por todo lo alto.

Cuando Steve anuncia «Building dog» (pista que abre el álbum «Real Illusions : Reflections 2005»), se produce una anécdota divertida al errar Colson en la entrada y tener que repetir de nuevo el comienzo, mientras Vai emite una simpática disculpa antes de exhibir las extremas posibilidades de rendimiento de la Ibanez Pia Onyx 2, dejando bocas abiertas de punta a punta de la sala, luciendo equipo de sonido y embrujando al público mientras simula levitar la guitarra en el aire suspendida por la palanca.

Seguían sonando temas como «Greenish Blues», un moderno blues nacido de las improvisaciones de las pruebas técnicas e incorporado en el reciente trabajo («Inviolate 2022»), o como «Bad Horsie» («Alien Love Secret 1995»), introduciendo aquí la parodia de la película «Crossroad» de 1986, donde paralelamente se proyecta la escena final en la que sale Steve, interpretándose a sí mismo, portando la Jem de luces led del comienzo.

La tierna y entrañable «I’m Becoming», incluida en el álbum en vivo («Sound Theories Vol. 1 & 2 – 2007»), llegaba entre imágenes de embriones brotando hacia la vida exterior, expresando a la perfección con su Jem7 blanca, sonidos de especial pureza y sensibilidad, que representan el nacimiento de un bebé con la cabeza tapada por una foto de Vai de niño, provocándose entonces una tierna carcajada audible en toda la sala.

Esta pieza fue creada como introducción para la majestuosa canción «Whispering a Prayer» perteneciente al álbum mejor valorado por la crítica, la obra maestra «Passion And Warfare 1990»). En esta composición el genio se manifiesta y deja constar por qué Steve Vai está a un nivel diferente de otros guitarristas.

Una tranquila «Dying Day» («Fire Garden 1996»), acompañada por Frisiello a la guitarra acústica, se vio interrumpida por un incidente a consecuencia del desmayo de una persona entre las primeras filas. El maestro interesado por el afectado, retomó la actuación una vez que éste fue atendido por el personal asistente.

Jeremy Colson protagonizó entre llamativas proyecciones visuales, un brillante solo de batería repleto de habilidosas figuras rítmicas que arrancaron los efusivos aplausos de un entregado y agradecido público.

Estábamos a punto de presenciar a continuación uno de los momentos más esperados de la noche: la exposición de la grandiosa guitarra Ibanez Hydra de tres mástiles, que aparecía de repente en escena iluminada por un foco y recubierta por una tela negra que prolongaba la intriga. El maestro destapaba misteriosamente su diseño exclusivo para interpretarnos una complejísima «Teeth Of Hydra» («Inviolate 2022»), ofreciendo una increíble exhibición y un total dominio de las tres partes de este peculiar instrumento, que reposaba inmóvil sobre un soporte anclado al suelo, y que está formado por un mástil de guitarra de doce cuerdas en la zona superior, otro mástil de guitarra de siete cuerdas en medio y un tercer mástil con un bajo en la parte inferior, que Vai combinaba a la perfección con notas, acordes y sonidos simultáneos de imposible ejecución, impresionando con ello nuevamente a todos los presentes en Paral·lel 62.

La última interpretación del álbum «Inviolate 2022» se presentaba con la pieza «Zeus In Chains», regada por una iluminación de tonos verdes, blancos y rojos, y ambientada con sugerentes proyecciones de la mitología griega, a la que el reconocido músico daba forma con una Ibanez Universe de 7 cuerdas.

Steve Vai, Alfredo M. Geisse
Steve Vai. Fotografía: Alfredo M. Geisse

Llegados a la recta final del espectáculo, cobró protagonismo nuevamente, tanto la Pia Onyx2, como la obra de arte «Passion & Warfare 1990», sonando dos clásicos indispensables en los shows de Vai. Una fue la emotiva y triunfal «Liberti», embellecida con bonitas imágenes de paisajes del mundo y de niños de distintas etnias jugando felizmente. La otra fue «For The Love Of God», para muchos la mejor composición del maestro, que llegaba con sorpresa incluida al contar con la colaboración del músico y cantante de ópera Danny G, que también ejerce como técnico de la banda, y que coloreó al unísono con su voz de tenor una parte de la melodía de guitarra.

Finalmente, el talentoso músico nos deleitó con la suite que da título al disco («Fire Garden 1996»), cerrando un genial concierto que acabó con la colaboración de un chico joven subiendo al escenario para tocar ante todos la guitarra Jem77 Blanca del Maestro. Una gran ovación confirmó las expectativas cumplidas y despedía a este increíble músico que nunca defrauda llamado Steve Vai, el mejor guitarrista de rock del mundo.

Steve Vai, Alfredo M. Geisse
Steve Vai. Fotografía: Alfredo M. Geisse

Hasta aquí ha sido la crónica de Steve Vai en Barcelona. Próximamente os seguirémos informando en nuestra sección de crónicas.