Dream Theater «Train of Thought»: 20 años del disco más metálico de Dream Theater. Durante la gira de Six Degrees of Inner Turbulence el grupo sintió que los momentos más heavies eran los que parecían gustar más a los fans, algo que hizo que el grupo optaran por Kevin Shirley en tareas de producción y decidieran explorar su vertiente más dura y metalera para su siguiente paso discográfico.
Se notó también el hecho de haber estado girando con los maestros de Seattle Queensrÿche. En el fondo parece que el Black Album de Metallica estuviera entre ceja y ceja y que desde esa premisa lo desarrollaran todo, hasta el punto, que en tres semanas ya tenían todas las canciones completas.
Y como suele ser habitual, empezaron a grabar la batería y terminaron por la voz. El inicio es realmente metálico y la influencia del thrash metal es absoluta además de quedar bañado todo en una oscuridad manifiesta.
El disco
“As I Am” me parece una de las mejores canciones que han creado Dream Theater en toda su carrera, y eso es decir mucho… Ya es una composición que marca lo que se nos viene encima, con el grupo sonando puramente a Metallica, pero con su toque progresivo evidente. Es una combinación extraordinaria y las líneas vocales del verso enganchan desde la primera escucha.
El estribillo es de los que quedan, y luego, en sus más de siete minutos de duración, juegan con variaciones, con un Portnoy impresionante y un Myung que no para de dejar detalles de clase. Y atención al solo poco pulido y rapidísimo de Petrucci, que es media canción, especialmente con esa salida que le da Mike tras los parches.
“This Dying Soul” es otro tema extenso, como todos los que hay en Train of Thought, con una entrada de riffdominante y ornamentos que se van sumando para lucir. Oscuridad, diabluras técnicas, juegos con el groovey voces distorsionadas. A partir del minuto seis es cuando todo empieza a animarse, y si eres metalero es un tramo que te encanta. Empieza con las voces dobladas de LaBrie, pasa a un gran solo, hay un momento riffimpresionante y luego siguen con la composición, siendo muy oscura, pero en la que el plus a todo lo ponen los teclados de Jordan Rudess.
A nivel compositivo “Endless Sacrifice” es una canción redonda pues mantiene el estilo del grupo, lo mete de lleno en lo que es este disco de marcado estilo, pero a la vez juega con la oscuridad, la tristeza y la fuerza, que va irrumpiendo cuando toca. Hay muchos momentos bastante desnudos en los que el menos es más y sin necesidad de recargar a lo que es el tema de toda esa carga progresiva.
Quizá “Honor Thy Father” es uno de los cortes que más conectan con lo que siempre habían sido Dream Theater más allá de este disco. Mantiene la orientación metálica, la oscuridad, pero está el grupo totalmente reconocible y entonado, aunque el riff marca más músculo y la base rítmica es mucho más potente. También juegan con voces narradas y algunos elementos tecnológicos, y el estribillo es de los mejores del álbum.
Las teclas de Rudess y un acompañamiento de cuerda arropan la breve “Vacant” en la que LaBrie nos regala una gran interpretación vocal muy sentida debido a temas personales. Es un poco la calma que precede a la tormenta pues el “Stream of Conciousness” es una orgía instrumental en la que Petrucci da rienda suelta a su magia y velocidad dactilar. Son permeables a otros estilos en una composición cambiante, pero oscura, en la que vuelven a resaltar los riffs de base.
Intrincada y compleja, avanza con clase y con tremendos detalles técnicos, quedando todo como una perfecta definición de lo que se espera del metal progresivo. El tramo final con el teclado de protagonista, y con ese solo de guitarra de la escuela neoclásica, me sigue pareciendo tras tantos años de lo mejor del disco.
La canción más larga es “In the Name of God”, toda una extensa suite con cumbres y valles engalanadas por los agudos toms de un Portnoy desatado. Gran nivel compositivo que les volvía a conectar con su estilo de siempre entre sombras y contundencia. Dan cancha y espacio para los solos con el profundo y muy audible bajo de Myung, que a lo largo del disco, deja patente que es un absoluto maestro en su instrumento. Es el tema más excesivo y el típico que enamora a los fans más acérrimos de las demostraciones instrumentales y progresivas.
Veredicto:
Cuando Dream Theater editaron ese disco fue toda una buena noticia para todos los que disfrutábamos de su música y de las agrupaciones metaleras de la época, pero ha quedado algo difuminado y en su día creó controversia entre sus fans más clásicos. Jugaría el grupo con eso de conectar los discos anteriores y los posteriores con el cómo habían terminado en la anterior entrega. Otro detallito más de los que suelen hacer a la banda tan sumamente especial. Digamos que, a pesar de no ser un disco que tenga mucha presencia en los directos, sí que puede decir con valentía que todas las canciones que lo forman han sido tocadas en directo.
Hay muchos fans que seguimos encantados siempre que el grupo recupera el “As I Am”, pero esta obra va mucho más allá del tema que da la bienvenida al disco. Posiblemente con este álbumel grupo cerraba una etapa, y ya con Octavarium vimos que algo había cambiado y que las cosas no serían como habían estado. Yo lo situaría como el disco que finaliza la etapa mítica de Dream Theater a pesar de que todo lo que han grabado siempre es ampliamente disfrutable. Ha sido un gustazo reencontrarte con estas grandes canciones 20 años después.
11 de noviembre de 2003
Elektra Records
Dream Theater «Train of Thought»
1 – As I Am (7:48)
2 – This Dying Soul (11:28)
3 – Endless Sacrifice (11:25)
4 – Honor Thy Father (10:14)
5 – Vacant (2:57)
6 – Stream of Consciousness (11:16)
7 – In the Name ff God (14:15)
James LaBrie – Voz
John Petrucci – Guitarra
John Myung – Bajo
Jordan Rudess – Teclados
Mike Portnoy – Batería
Hasta aquí ha sido: Dream Theater «Train of Thought»: 20 años del disco más metálico de Dream Theater. Próximamente seguiremos informando en la sección de noticias y en la revista física.