Bandas: Gamma Ray
Lugar: Sala But – Madrid – 4 de diciembre de 2024
Promotor: ZLive
Fotos: Raúl Blanco
¡Casi una década! ¡Nueve largos años! Todo ese tiempo ha pasado desde que GAMMA RAY pisaron Madrid por última vez. Y diez años desde que un servidor les vio por última vez. Fue en aquella gira de presentación del, hasta la fecha, último lanzamiento de estudio, el fantástico Empire of the Undead, que les encumbró a lo más alto tras los poco bien recibidos Land of the Free II y To the Metal!. Un tiempo en el que la actividad de la banda se ha visto limitada por los innumerables compromisos de su líder Kai Hansen en el barco de las calabazas, y durante el cual, han pisado en alguna ocasión la península ibérica, como por ejemplo en la edición de hace un lustro del Z! Live.
Sin embargo, mis compromisos evitaban una y otra vez volver a ver a una de las bandas más importantes en la banda sonora de mi vida. Una banda que publicó Land of the Free pillándome muy jovencito, comenzando a escuchar música de forma voluntaria, y que, desde entonces, se convirtió en pilar fundamental en mi universo musical. Así que imagínense los nervios de un servidor días antes de tal magno evento. Un acontecimiento, al igual que el de Bilbao, que vendió todas las entradas más de un mes antes de la fecha de celebración, dejando claras las altas expectativas que había de volver a ver a la banda alemana.
Vamos con una crónica que ampliaremos en nuestra revista física en el número de navidades. Nada más llegar a la sala pude ver la larga cola de entrada. Muy lentamente fue disminuyendo a medida que la sala se llenaba hasta el último metro cuadrado. El ambiente era magnífico. Y a las nueve en punto, sin nadie que nos calentase, comenzó a sonar “Bad Reputation”. Había llegado el momento. La larga espera terminaba y por fin GAMMA RAY iban a desplegar toda su artillería en la capital. No necesitaron mucho esfuerzo para alcanzar el punto de ebullición: comenzar con “Land of the Free” fue suficiente. Las gargantas comenzaron a cantar como si no hubiera un mañana. Y lo había, que era noche de miércoles. Si todavía quedaba alguno dormido en la sala, “Last Before the Storm” lo despertó. Todo iba sobre ruedas.
Tal y como me he empeñado en señalar, era la primera vez que les veía desde 2014, y claro, no había tenido la oportunidad de ver sobre el escenario a Frank Beck. Las sensaciones fueron encontradas. Si bien es cierto que hace un papel excelente en lo que a cantar se refiere, resulta bastante extraño que intercambie estrofas con Kai Hansen. No comparto que su voz esté destrozada como se comenta en algunos foros. Quizás no se vea capaz a afrontar largas giras y conciertos de dos horas, como el vivido en Madrid. Lo cierto es que entre él y Frank hacen un buen papel a nivel vocal, mientras que a nivel visual resulta difícil de asimilar. Dos personas en primera línea sin que ninguno lidere no es algo que uno esté acostumbrado a ver.
El concierto continuaba con “Avalon”, bajando un poco el ritmo, que rápidamente subiría con “Master of Confusion”. Y antes de que se me olvide, quiero remarcar el excelente trabajo de Kasperi Heikkinen como sustituto de Henjo Richter. Hacer un papel así nunca es fácil, y más con un tío tan querido como el bueno de Henjo, al que le deseamos una pronta recuperación y rápida vuelta a los escenarios. Y Kasperi, probablemente uno de los guitarristas más infravalorados de las dos últimas décadas, hizo que nos olvidáramos de la ausencia del guitarrista alemán dadas sus grandes dotes en el arte de las seis cuerdas.
“One With The World” fue el único recuerdo del olvidado Sigh No More, un disco que, aprovechando el potencial vocal del señor Beck, podrían traer varios temas a sus directos. Unos directos que carecen de tiempo para el descanso. Y es que, con canciones como “Man on a Mission”, es imposible no dejarse llevar por el arrollador poderío sónico del cuarteto (ahora quinteto) de Hamburgo.
Tras la emotiva “The Silence”, la banda abandonaba el escenario por primera vez, para regresar con la intro “Induction”, que abría el maravilloso No World Order!. A continuación, “Dethrone Tyranny” sonó de una forma arrolladora, siendo este un punto de inflexión en el concierto. La banda se comportó de forma estática durante la primera parte de la actuación, quizás evitando quemarse antes de tiempo, quizás por asegurarse que todo iba según lo ensayado. Y es que desde el verano pasado no se suben a un escenario, siendo este concierto el primero de una pequeña gira de apenas seis fechas.
Independientemente de las razones, la banda se soltó encima del escenario, moviéndose de forma enérgica, con, ahora sí, un Kai Hansen desatado. Dirk Schlächter no le iba a la zaga, e incluso Frank, muy señorial, también se dejaba contagiar por momentos. “Rebellion in Dreamland”, la culpable de mi enamoramiento de la banda en su día sirvió para que el público disfrutase como nunca. Las caras de la gente lo decían todo, cantando cada verso. Quedaba la traca final, “Heaven Can Wait” y “Somewhere Out in Space”, que volvieron loco a toda la sala. La banda teutona había completado un concierto muy esperado de forma sobresaliente. Pero aún no habían dicho la última palabra.
Todavía les quedaba la preciosa “Heading For Tomorrow”, con el final apoteósico de “Send Me A Sign”. Con esta forma habitual se despedían, dejando a todo el mundo con ganas de más, de mucho más. Y no porque fuese un concierto corto, no. Todo lo contrario. La unión de una banda en un gran estado de forma, de un repertorio lleno de clásicos y casi una década sin pisar los escenarios madrileños tuvieron como consecuencia que todos quisiéramos más. No fue así. Se encendieron las luces y se acababa la fiesta del Power Metal. Una noche mágica para ir cerrando el año de conciertos. Las huestes de Kai Hansen deben volver al estudio y deleitarnos con un nuevo disco y su correspondiente gira. ¿Tendrá tiempo el señor antes de embarcarse en la gira del próximo año de Helloween? Ojalá, no quiero estar otra larga década sin volver a emocionarme con los chicos de Hamburgo.