Bandas: Marky Ramone’s Blitzkrieg – Doble Fuerza
Sala: Santana 27, Bilbao – 09 de noviembre de 2024
Promotor: Fantaxtiks Events
Texto: Txema Garay
Fotos: Xabier Aresti
Hay bandas que ocupan un lugar privilegiado en la historia de la música y cuyo legado merece la pena preservar a cualquier precio por caro que pudiese resultar. Marky Ramone permanece inamovible en su tarea de mantener vivo un acervo que además de continuar siendo parte de los seguidores de siempre, ha de proseguir con su extensión a las próximas generaciones. Un festín que se torna en una autentica delicatessen sólo al alcance de muy pocos.
Inmersos en una gira discontinua de veintiséis paradas, nos dispusimos a cogerles en Bilbao rodeados de un entorno que si bien era bastante veterano también atrajo a chavales con ganas de verlos y sobre todo de revivir el ambiente de las grandes ocasiones.
Como aperitivo a lo que esperábamos, circularon puntuales los bonaerenses Doble Fuerza, un combo de seña argentina liderado por su frontman Hugo Irisarri quien ahora vive en Euskadi y que ofrece un show muy entretenido. Esgrimieron un punk de la vieja escuela, cercano a la enseñanza ramoniana y contaron con una concurrencia que secundó el esfuerzo con apoyo durante toda la comparecencia. Corroborarían el gran nivel que ostentan con temas como “Laburando”, “Aloha” u “Otra vuelta de cerveza” mientras allanaban el terreno a los cabezas de cartel.
Bajo la marca de Marky Ramone’s Blitzkrieg el cuarteto salía a escena para rendir homenaje a la historia de The Ramones con una impetuosa “Do You Wanna Dance” que pilló aún a la concurrencia con el pie cambiado. Sin tiempo que perder arrollaron al personal con dos pelotazos sónicos como son “Havana Affair” y “Teenage Lobotomy” con los que terminaron de calentar el ambiente. Aunque el primer gran arreón llegó de la mano de “Beat on the Brat” un himno sin fisuras que contó con toda la sala gritando a puro pulmón y generó una agitada reacción de los aledaños al escenario. La banda está liderada por el inefable Pela (La Excavadora) que representa la esencia del rollo, con un gran dominio del show y una acertada interpretación de los temas llevados oportunamente a su terreno. Lejos quedan los bolos donde venían con un Sebas Expulsado que clavaba más el estilo de Joey Ramone, pero Pela no se queda atrás y combina a las mil maravillas todos los rudimentos del rollo. Al bajo y a la guitarra, el eje argentino con bagaje en Expulsados, conformado por el Puma y Marcelo Gallo, dos pura raza denodados que no marran en directo. En la retaguardia el veterano batería dirigiendo el cotarro con la seriedad y maestría de siempre, aunque esta vez compareciese sin micro para acompañar en los coros. A Marky Ramone le hemos visto en incontables giras y lo más atractivo de sus repertorios suele consistir en la lustrosa combinación de clásicos de siempre junto con varios temas menos trotados que se van colando en las distintas giras.
Esta ocasión, seguirían la misma tónica y sin rebajar un ápice la intensidad, apretarían el acelerador con cortes tan granados en su bagaje como “We’re A Happy Family” cuyos coros resuenan en nuestras molleras o “I Just Have Something To Do”, una de mis favoritas, que nunca falla sobre las tablas. Con menos tirón pero tan solemne resultó un “I Wanna Be Well” que nos permitió coger fuerzas para encarar la enrevesada “Rockaway Beach” intercalada esta ocasión a mediados de repertorio y en donde el propio Marky Ramone se vio forzado a dejarse la piel para mantener su intensidad. En esos instantes abordaron un grupo selecto de cortes como “Gimme Gimme Shock Treatment”, “Let’s Dance” siempre entrañable o “Surfin’ Bird” con sus setenteros bailables, especialmente dirigidos a su sector de fans más acérrimo. Supieron rebajar la velocidad bruscamente para encarar esos temas que tanto gustaban a Joey Ramone como “I Wanna Be Your Boyfriend” puro sentimiento con Pela señalando a unas chicas de las primeras filas.
Recuperarían el brío con un clásico incombustible como es “I Believe in Mirables” insuperable en cualquier terreno y su hit “The KKK Took My Baby Away” que subieron el nivel a máximos con toda la tropa coreando los temas. La locura continuaría con más leña tan robusta como la inapelable “I Wanna Be Sedated”, la espontanea “Needles And Pins”, siempre una perita en dulce, y otros pelotazos impepinables como son “Oh oh I love her So” y “She’s The One” apelando al amor verdadero. No habría tregua y rápidamente encararon otro de sus puntales para animar el cotarro con “California Sun” que abrió paso a toda pastilla a la incisiva “I Don’t Wanna Walk Around You”, la flamante “Pinhead” donde no faltó el reconocido “Gabba gabba hey” y ese machetazo que es “Cretin Hop” antes de amagar despedirse imprimiendo velocidad con el himno que popularizó Motörhead “R.A.M.O.N.E.S.”
Retornarían raudos a escena para encarar una retahíla buena que habían reservado para redondear la comparecencia. La incombustible “I Don’t Wanna Grow Up” abrió las hostilidades y sirvió de homenaje antes de atacar otras favoritas como “You Are Gonna Kill Me” todo un aliciente sin cortapisas, su himno “Rock’N’Roll High School”, la versión siempre sublime de “What a Wonderful World” que popularizaría Joey Ramone y la inevitable “Blitzkrieg’s Bop” que consumó la velada por todo lo alto.
Salimos del recinto, conscientes de lo que supone poder revivir el legado de una banda del calibre de The Ramones, cuyos miembros principales faltan a estas alturas y de lo que supondría no poder disfrutar en vivo cortes tan especiales como “Beat on a Brat”, “Poison Heart”, “Pet Semetary” o “I Don’t Care”. Menos mal que Marky Ramone tiene fuelle para rato.