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Rage: «40 años de Furia concentrados en una sola descarga»

Bandas: Rage + Balsa De Piedra + Crusader
Lugar: Sala Fanatic (Sevilla) – 11 de octubre de 2024
Promotor: Oliskull
Fotos: Aitana Bofill
Texto: Adriano H. Pinelo

La hora previa a la apertura de puertas se presentó desapacible en la capital hispalense con una fina lluvia que prometía intensificarse a medida que pasaran las horas, cosa que no amilanó en lo más mínimo a la legión de fans que se congregaba poco a poco en los alrededores de la sala Supra (antigua Fanatic), tras el cambio de ubicación debido al Sold Out ocurrido semanas antes en el recinto que debía acoger el bolo inicialmente (Sala X).

Llegamos a buena hora para tomar posiciones y colocarnos a apenas un par de metros del escenario, casi en primera fila. Antes de las 9 de la noche empezaban ya a escucharse los acordes del grupo que abriría el concierto. «Fijo mi rumbo» sería la canción elegida por los nazarenos Crusader para comenzar la velada, con claras influencias del más puro estilo Heavy Metal de los años ochenta. Seguirían con «Rugido», para dar paso a una magistral «Dejo marchar», donde el bajo de Alberto se haría notar dándole toda la fuerza que la canción se merece. Así siguieron durante 8 canciones, que nos supieron a poco, en un concierto redondo, con un grupo que sonaba compacto y disfrutaba de lo que hacía, para terminar su actuación con un certero golpe en mitad de la cara.

«Golpea» sonó con toda su fuerza mientras los miembros del grupo, con los hermanos Romero al frente, no dejaban de alentar a la audiencia para que coreara su himno, y os puedo asegurar que lo consiguieron. Gran inicio de velada con el grupo de Dos Hermanas dándolo todo ante una audiencia repleta de camisetas con el nombre de Crusader serigrafiado en el pecho.

Con una velocidad encomiable por parte de los equipos de apoyo, y sin dar casi ni tiempo a los asistentes de pedir otra cerveza, comenzó a sonar Balsa de Piedra. Grupo también sevillano, pero con influencias muy diferentes a los que abrieran la noche. Temas más oscuros e intimistas se nos mostraban a través de la voz de Juan Ríos, que a veces recordaba a la de Enrique Bunbury, y otras recordaba a la de grupos aún más oscuros, como podría ser Paradise Lost.

Apenas una decena de canciones, pero de mucha intensidad, les sirvieron para defender su primer larga duración “Soror Tenebrosa” (2021), en el que basaron más de la mitad de su repertorio, donde pudimos escuchar desde música progresiva hasta doom, pasando por algún momento de corte arabesco-andaluz como en la canción «Turris Eburnea», o la que da nombre al grupo, «Balsa de Piedra».

En definitiva, una opción diferente a tener en cuenta en el panorama actual de la escena de Rock andaluza.

La noche se remataría con una Corona Negra que portaría el legendario Peavy Wagner como único miembro fundador de Rage, nave que capitanea en solitario desde hace más de tres décadas.

Tras algunos minutos de desconcierto en los que el propio Wagner no lograba escucharse, los problemas de sonido quedaron finalmente subsanados para dar rienda suelta a toda la Rabia acumulada durante 40 años de existencia. “Cold Desire”, extraída de su último LP “Afterlifelines” (2024), sería con la que los alemanes abrirían un concierto en el que nos deleitarían con más de una docena de canciones especialmente seleccionadas de entre sus álbumes más representativos, tales como el “Perfect Man” (1988), “Trapped” (1992), “The Missing Link” (1993), “Black in Mind” (1995), “End of All Days” (1996), “XIII” (1998), “Ghost” (1999) o “Soundchaser” (2003).

El ritmo con el que abrieron, como era de esperar, no bajó ni un ápice durante la casi hora y media que estuvieron sobre el escenario de una sala totalmente abarrotada de entusiastas que devoraban canción tras canción siempre con ganas de más. La guitarra de Jean Bormann estuvo colosal. Con un aspecto quizá más Heavy-Rock que el resto del grupo y unos coros guturales que reforzaban cada una de las canciones, considero que la apuesta por este 6 cuerdas ha sido de lo más acertada. Las baquetas de Vassilios “Lucky” Maniatopoulos descargaban sobre los parches con una velocidad endiablada sin dar tregua a su instrumento, mientras el bajo de Peavy Wagner acompañaba a su voz en todo momento, desgarrada al tiempo que melodiosa.

“Black in Mind”, “Refuge” o “End of All Days”, por citar algunos de sus himnos, nos hizo transportarnos a los terribles años 90, donde pocas fueron las bandas que se resistieron a cambiar su estilo musical. Rage sería una de ellas.

El Setlist oficial se cerraría con “Under a Black Crown”, tercer corte de su último redondo, un single oscuro y de lo más pegadizo, para culminar con la maravillosa “Don’t Fear the Winter”. Pero aún dejarían un par de joyas para el final; “Prayers of Steel”, un cover de Avenger, génesis de lo que a posteriori se conocería como Rage, y “Higher than the Sky”, que sería la que definitivamente diera la velada por concluida.

Sin duda una noche de alto voltaje que todos recordaremos durante mucho tiempo.

¡Larga vida a la Rabia!

By Redacción Metal Hammer

Metal Hammer és una marca legendaria en toda Europa en cuanto a la difusión de la escena del hard rock y heavy metal. El primer número de la revista se editó en diciembre de 1987.

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