Festival: Leyendas del Rock 2024
Lugar: Villena – Alicante – 9 de agosto de 2024
Fotos: Alfredo M. Geisse
Entramos por última vez en el recinto del Leyendas con sentimientos encontrados. Por una parte, nuestro cuerpo reclama descansar después de cuatro días intensos y nuestra mente necesita volver a la normalidad. Pero, por el lado opuesto, nos da pena que se acabe esta experiencia vital y todos estos momentos de explosión musical en directo, porque en definitiva es nuestra gran pasión.
Afrontamos el último día del festival con estas sensaciones, sabiendo que son compartidas y dando por sentado que va a ser el día de más gente en todos los momentos y lugares del festival.
La primera banda que vemos es a Ars Amandi, que llegan con Daniel Aller accidentado. Sentado en silla de ruedas, canta, toca la flauta e interactúa con el público. El directo de los abulenses se complementa con las coreografías continuadas a cargo de un cuadro de baile de Villena. No se conocían antes, nos aseguran. Para cerrar el concierto, invitan a subir al escenario a José Mancheño, cantante de Lándevir.
Los feroeses Týr presentan su folk metal cuando el sol todavía aprieta y las zonas de sombra son terreno deseado. Su nombre hace referencia al dios de la guerra, aunque se les ve pacíficos. Musicalmente tienen una propuesta original, que cobra mayor relevancia en los temas cantados en su lengua.
Poca gente en la carpa para ver a los británicos Oceans Ate Alaska y para desfogarse en directo con ese metalcore tan técnico. Desde las primeras notas, se abre un espacio en el centro del público para los que viven este tipo de metal moderno bailando expansivamente. El circulo no se cierra en todo el concierto, a pesar de que el sonido es de los peores que hemos podido tener durante los cuatro días. Es una verdadera lástima, porque esta gente se merece un sonido perfecto en el que poder apreciar sus giros técnicos, especialmente para gozar con la batería diferencial de Chris Turner.
Parece como si los enanos del Señor de los Anillos hubieran montado una banda de metal, pero son los italianos Wind Rose, que vienen ataviados con unos disfraces que se nos antojan diseñados para pasar más calor que nadie. El público los recibe con multitud de martillos de plástico y ganas de fiesta. A parte de reyes de las montañas, son dueños de un power metal heroico que en directo incita a luchar contra los orcos. A bajo del escenario, los círculos son taberneros, de gente abrazada coreando los estribillos.
Alucinamos con el thrash metal rabioso y afilado de Evil Invaders. El vocalista, Jöe, con un cuchillo atado a cada brazo, ordena la creación de un círculo que ya no se cierra. Encima del escenario son como una descarga eléctrica de agosto acompañada de granizo. Jóvenes, melenudos y coléricos. Musicalmente despliegan un thrash actualizado que nos remueve las entrañas. Entre el público, compatriotas belgas con la bandera en las espaldas.
Vimos a los finlandeses Stratovarius hace un año en el Ripollet Rock y ya nos llamó la atención su segunda juventud. Musicalmente se volvieron a mostrar como una máquina de power metal bien engrasada y sincronizada. Nos anuncian que tienen para nosotr@s un setlist largo con espacio para presentarnos varios temas de su último EP, Heroes (julio 2024).
En la carpa flipamos con la performance de Eihwar. Diferente a todo lo que hemos visto, dicen que mezclan música vikinga con bases electrónicas para honrar a los dioses nórdicos. Forman un dúo peculiar, con un tipo disfrazado de guerrero artúrico al control de la parte musical y una especie de bruja chaman que baila, toca percusiones diversas y canta mantras. Si los dioses no se ven honrados, no será por el empeño de los franceses.
Continuamos con Rata Blanca que nos explican que van a hacer una gira por España. Entre el público, mucha gente coreando los estribillos y celebrando los clásicos de los argentinos. Héctor Walter Giardino, que cada vez tiene más pinta de Slash, expone evidencias suficientes para volver a verlo como uno de los mejores guitarristas latinoamericanos.
Continuamos con los finlandeses Kalmah en la carpa, donde vuelven a notarse los problemas de sonido. Exhiben su death metal melódico que, quizás a causa de las dificultades técnicas, nos atrapa muy poco.
Y es el turno de los escoceses Alestorm, que llegan con la irreverente intención de liarla parda. Con tres grandes patos de goma amarillos en el escenario y varios más pequeños rebotando por las cabezas del público, el ambiente se convierte en una fiesta que cada vez vemos más desatada. La esplanada es como la playa de mi pueblo en plenas fiestas mayores y con temas como “Mexico”, todo el mundo salta y baila. Detrás de los himnos etílicos y piratas, hay una banda que musicalmente está bien trabajada y en directo suenan muy rodados. En algunos temas invitan a cantar a Barbara Blackthorne. Christopher Bowes se muestra constantemente de guasa y nos suelta perlas como “queremos que acabéis tan borrachos que mañana os sintáis como una puta mierda” (traducción libre). Dispuestos a no mostrar ningún tipo de respeto por el público, nos amenazan con beberse toda nuestra cerveza y acaban el show con las letras grandes de “FUCK YOU” delante del escenario. Para acabar definitivamente con su reputación, en los saludos finales, Bowes se tira la publico y lo llevan en volandas hasta la barra del bar a gritos de “¡oe oe oe oe!”.
Brian Downey sube al escenario de la carpa con el muy honorable objetivo de revisar ese directo mítico de los Thin Lizzy, Alive and Dangerous (1978). Acompañado de una buena banda, en la que incluso el doble de Phil Lynott se le acerca un poco, nos presentan esos clásicos extraordinarios calcados al máximo detalle. Volver a escuchar en directo esos característicos riffs afilados de doble guitarra nos pone la piel de gallina. Momento emocionante, especialmente para los que tenemos este trabajo como uno de los mejores directos de la historia del rock.
Saurom venían de tocar al mediodía en la plaza de Villena en formato acústico. Por la noche cambian de onda y despliegan un espectáculo monumental (fuego disparado, columnas de humo, confetis, pantalla gigante…). Vemos al coro El Batallón de Mordor, encapuchados y con las caras pintadas, que aportan épica a los dos primeros temas. A lo largo de todo el show no paran de salir invitados: Elizabeth Amoedo (Against Myself) con su corona negra, a Ramón Lage (Delalma) y Isra Ramos (Amadeüs) cantando juntos, a (Kinnia) con su violín, y a grupos de animación diversos (Wyrdamur, Apatazanca, Entrejuglares). Todo ello generó momentos en los que encima del escenario había multitud de gente. Y el público, repleto de fans de la banda cantando y bailando, que se vieron afortunados por el regalo de los gaditanos en forma de espectáculo grandioso.
Lincoln Park nos saludan con un: “es un placer estar aquí con todos vosotros” y se lanzan al lío de ofrecernos un tributo de Linkin Park. La carpa se peta con toda la gente que no les apetece tanto ver a Saurom. Entre ellos, muchos seguidores de la banda original, que cantan y saltan con todos los temas.
Y volvemos a divertirnos con Reno Renardo por tercera vez este verano (antes en el Viña Rock y en el Resurrection Fest). Su metal cachondo, que todo el mundo ya conoce y corea, sirve para cerrar el Leyendas de este año con una gran sonrisa y muy buen la onda.
No toca más que retirarse a descansar para empezar a contar los días que faltan para la siguiente edición.
Pero no queremos acabar sin compartiros un pequeño homenaje a nuestros compañeros de trinchera. Los redactores de conciertos, como el que os escribe, somos alpinistas, expertos en recorrer todos los rincones de las montañas y capturar todos los detalles. Sin embargo, están nuestras compañeras y compañeros imprescindibles, que son los fotógrafos. Ellos son escaladores. Más arriesgados y técnicos, con la capacidad se subir a la cima por las vías más difíciles para ofrecernos las mejores vistas y de rapelar rápidamente para pensar en la siguiente montaña. Este ha sido el papel de mi compañero fotógrafo, Alfredo M. Geisse, que se ha marcado los mejores ascensos y descensos que he visto en todo el festival. Sus fotografías lo demuestran. Un abrazo para él y para tod@s l@s comañer@s alpinistas y escaladores que han conquistado esta XVII edición del Leyendas del Rock.