Warlock – Triumph and Agony

El segundo corte es pura rabia. “Three Minutes Warning” arranca a toda velocidad con el bombo de la batería marcando el ritmo como una locomotora mientras Doro prepara la garganta para enfrentarse a 3 minutos fuera de control. Las guitarras contribuyen a su manera a que los gritos suenen aún más largos, con un juego voz/guitarra que se mantendrá durante todo el LP.

“I Rule the Ruins” es quizá una de las canciones más sobrias y elegantes del álbum, sin dejar de lado la fuerza que predomina durante estos 40 minutos de auténtico Heavy Metal.

Los aullidos de los lobos anuncian la llegada de la Muerte con el “Kiss of Death”, un medio tiempo que podría haber llegado a ser ñoño si no fuera por el fuerte acento que la vocalista imprime a todas sus interpretaciones, así como por el agudo solo de guitarra que nos recuerda que lo que estamos escuchando no tiene nada de comercial.

En la quinta pista sí se permiten el lujo de dejarnos una lenta con todas las letras. “Make Time for Love” cumple con todos los cánones de una auténtica balada. A la orden de su lideresa, todos los instrumentos bajan tanto en intensidad como en velocidad. Incluso hay un pequeño solo con guitarra española, que encaja a la perfección en el esquema de la canción.

Pero el espejismo dura poco, ya que en “East Meets West” recuperan toda la fuerza abordando el terrible tema de la Guerra Fría, cuestión que creíamos olvidada hace décadas y que, por desgracia, vuelve a estar vigente hoy en día. Voces desgarradas rozando el límite de las cuerdas vocales de la alemana, y guitarras persiguiéndola por toda la pista hacen para mí de este, un tema igualmente pegadizo que el primero. Pero será en “Touch of Evil” donde Doro echará el resto a nivel vocal, para pasar a la que, desde mi punto de vista, es la canción más completa del disco. “Metal Tango”, toda una declaración de amor hacia España, país que la alemana adora. La melodía me parece de una elegancia suma, y el sentimiento con la que canta rezuma sensualidad por los cuatro costados, sin renunciar por ello a un ritmo pesado hasta llegar al solo, que suaviza el tema hasta rozar por momentos el género Flamenco.

En “Cold Cold World” vuelven con la batería galopante, guitarras agudas e histéricas y frases machaconas y repetitivas que impregnan magistralmente la atmósfera de una densidad casi asfixiante, justo lo que se quiere expresar en esta canción.

El broche final a esta Obra Maestra lo pone la icónica “Für Immer”, que comienza con una sección de índole militar a la batería, y que es cantada casi íntegramente en alemán, lo que no le resta ni un ápice de sensibilidad y dulzura.

Conclusión:

Una de esas joyas que todos deberíamos tener en nuestra estantería favorita y que debería ser revisada de cuando en cuando (yo la tengo firmada por Doro Pesch), pues es uno de esos pocos álbumes tocado por la mano de los Dioses de principio a fin, totalmente irrepetible.

Texto: Adriano H. Pinelo