Banda: Bruce Dickinson
Lugar: Pepsi-Center – Ciudad de México – 20 de abril de 2024
Promotor: Ocesa
Fotos: Ocesa
La ceremonia inició al bajar la serpiente en medio de espejismos bizarros que se acompañaban de vientos y relámpagos gritando la entrada del gran sacerdote, todo parece indicar que las sagradas escrituras del metal serán profanadas con la llegada de una nueva profecía que lleva por nombre “The Mandrake Project”. El suelo cruje y desde las profundidades llega su majestad dispuesto a demoler musicalmente a quien se ponga en su paso.

Bruce Dickinson llegó a tierras Aztecas como solista con un proyecto y trabajo totalmente nuevo, y que mejor manera que darlo a conocer ante un bello marco con un lleno total, ni un alma más entraba en el recinto llamado Pepsi-Center, el cual cerraba sus puertas a las 21:00 horas para iniciar con esta masacre musical.
La oscuridad se apodero de la atmósfera, llegó el momento en que las sombras comenzaron a invadir el escenario, la euforia dio inicio con el tema «Accident of Birth» el cual nos toma por asalto. Con un sonido devastador de guitarras el tema provoca en este momento que cientos de cabezas comienzan a martillear cada nota musical causando con ello que los primeros frutos del evento den resultado.
Con el escenario en sus manos, un control total del concierto y un público desquiciado, hace su aparición el tema «Abduction» del primer trabajo en solitario de Dickinson (Tyranny of Souls), tema que llegó como un hachazo dejando a cientos de lesionados.
Continuando el recorrido de los trabajos en solitario de Bruce, se detona «Laughing in the Hiding Bush», un tema que se encuentra en el álbum “Balls to Picasso”. La canción sirvió para exhibir las cualidades de los músicos que integran esta banda, verdaderamente todos unos maestros en su trabajo, saben perfectamente bien lo que hacen en el espectáculo además de poseer una técnica impresionante, cada vez que se les exigía a cada uno de ellos esculpían obras de arte musicalmente hablando dejándonos con la boca abierta.

Llegó un pequeño receso, mientras los músicos se acomodan y preparan para continuar con el espectáculo, la poderosa voz de Bruce aprovecha para ir al fondo del escenario para limpiarse el sudor y ejercitar sus músculos y tomar algo de oxígeno.
Ha llegado el momento de experimentar y probar si la nueva producción discográfica, y la gran presgunta es: ¿tiene o no proyección?.
Por fin caen las primeras detonaciones del trabajo “The Mandrake Project”. En primer orden llega «Afterglow of Ragnarok» seguido por «Many Doors to Hell», temas nuevos que en directo sonaron bien y nada que ver con esas versiones en estudio, por lo que el público no tardó en responder con lo suyo, como lo saben hacer, con los puños en alto y coreando los temas.
Pero es el momento de escuchar un tema de culto, un tema que dentro de la vida en solitario de Bruce es toda una obra artística. «Tears of the Dragon» hace erupción desde las entrañas de la garganta de Dickinson y encuentra un respaldo en el bajo de la gran dama de hierro Tanya O’Callaghan, un tema que se diluye y funde con una cascada de aplausos.
Fue notorio ese gran equilibrio de temas que preparó Bruce para este evento, temas que fueron extraídos del baúl del tiempo y que adicional a su nueva producción discográfica nos inyectaba letalmente temas como «Resurrection Men», aunque indudablemente tuvo más aceptación «Rain on the graves», esta nos atrapó y nos llevó a esos momentos que solo Bruce sabe transmitir.

Durante la interpretación fue sorprendente ver nuevamente a Tanya descuartizando su bajo al lado de los guitarristas Chris Declerq y Roy Z, de la misma manera que Dave Moreno tuvo la oportunidad de mostrar su grandeza en un solo de batería.
Sorprendentemente el escenario retumba con “Frankenstein”, un clásico del año de 1972, una canción instrumental del legendario Edgar Winter, y que Bruce Dickinson desafía y se vuelve loco al tocar sin piedad las percusiones generando sonidos extraños.
La dosis continua y el sonido poderoso acompañado del llanto de las guitarras nos anuncia la llegada de “Darkside of Aquarius” y con ello marcó el final de una maravillosa presentación. La cara de Bruce parece llena de satisfacción, sabe que el objetivo se logró con un set compuesto de 16 temas y un bis.
Ver a Bruce sobre el escenario con otros músicos como acompañantes y dando a conocer su trabajo fue grandioso, “The Mandrake Project”, es para Bruce Dickinson un suspiro, que sirvió para demostrarle al mundo de la música y a todos los seguidores del metal, que si hay vida sin Iron Maiden.