Europa Rigor Mortis / Parte 1
Bandas: Carcass – Brujería – Rotten Sound
Lugar: Sala Custom – Sevilla, 26 de enero de 2025
Promotor: Madness Live!
Fotos: Marta Grimaldi
Recuerdo cuando vi el anuncio de Madness Live con las fechas de este Tour. Esperaba con ansias a Carcass porque, como bien sabemos, muchas de las bandas que pasan por Rock Imperium suelen regresar al año siguiente con gira. Pero Carcass en Sevilla… eso sí que no me lo esperaba. Siendo una de las bandas que han definido la música extrema y está en mi top personal, la idea de verlos en mi ciudad era simplemente inmejorable. Y por si fuera poco, la compañía de Rotten Sound y Brujería garantizaba una tarde perfecta.
Me pasé por la sala temprano. Como menciono en otras crónicas, me gusta ver el montaje, la prueba de sonido y tal cuando tengo la oportunidad. Cuando llegue estaban ajustando el equipo con los últimos detalles para la prueba de sonido en la Sala Custom. Eran alrededor de las doce del mediodía y, curiosamente, lo que sonaba en el sistema no era otra cosa que un directo de Elvis Presley, seguido de una selección de techno clásico. Era una extraña pero intrigante mezcla, un presagio del caos que el día prometía.
Rotten Sound: 30 minutos de puro grindcore

La apertura estuvo en manos de Rotten Sound, quienes, a base de brutalidad, ofrecieron media hora de un grindcore tan intenso que no dejó espacio para pestañear.
Este grupo finlandés no estaba allí para suavizar la intensidad de la tarde; al contrario, lo dejaron claro desde el primer segundo de su actuación. La banda se lanzó al escenario para entregarnos un golpe tras otro, sin tregua ni piedad. Su set abarcó temas de su nuevo álbum Murderworks, así como clásicos de Apocalypse y una revisión general de su discografía, con canciones que no superan los dos minutos, cargadas de velocidad, agresividad y una precisión que deja sin aliento. La sala, aunque todavía llenándose, ya mostraba signos de vida con los primeros pogos y circle pits.
En medio de la brutalidad general, ciertos temas mostraron una cara distinta, con grooves densos y pesados que se desplegaron lentamente. La base rítmica, bajo y batería, era tan perturbadora como la guitarra. Se sintió profunda, casi mecánica, como si cada golpe de batería y cada riff formaran parte de un organismo vivo que se encarga de triturar cualquier forma de resistencia. Me fascinó la voz de Keijo Niinimaa y su manera de interpretar las canciones. Tiene mucha fuerza e interactúa constantemente con el público.
A lo largo del directo, Rotten Sound alternó momentos de pura agresión con momentos más complejos. La actuación fue una avalancha de rabia. El estilo de estos chicos era visceral e implacable. La banda no paró de invocar al público del foso. Lo que más valoro del grindcore es que el género va directo al núcleo de la agresión sonora, sin detenerse ni un segundo y Rotten Sound, entiende esto perfectamente.
Brujería: Cerrando bocas
En cuanto Rotten Sound abandonó el escenario, el ambiente cambió por completo. Un altar improvisado en la batería y el inconfundible halo de misterio que siempre acompaña a Brujería comenzaron a tomar forma. Juan Brujo y Pinche Peach, tanto en espíritu como en simbolismo, impregnaron el aire con su presencia.

Decir que Brujería es extremo se queda corto. La banda arrasó con todo, soltando riffs pesados, blast beats demoledores y letras tan crudas como provocadoras. Los mosh pits lo dejaron claro. Fue una noche de puro heavy fucking metal sin filtros.
La gran pregunta era: ¿cuál es la formación actual? Pues, por mi parte, ninguna queja. La formación actual, con Anton Reisenegger (Criminal) en la guitarra, El Zángano al bajo, El Sangrón liderando las voces y El Sativo a la batería (hijo de Juan Brujo), llevó con honor el peso de representar a la banda en el escenario. Y lo hicieron, vaya que lo hicieron.
Sonaron los grandes éxitos, canciones e himnos con los que muchos de nosotros hemos crecido, como «Brujerizmo», «La Migra», «Christo de la Roca», «Colas de Rata» y, por supuesto, el clásico de clásicos «Raza Odiada (Pito Wilson)» . Cada maldito temazo fue recibido con ovaciones. El público, como era de esperar, se rindió al clásico grito de “¡Otra! ¡Otra!”, pidiendo más.
Hubo momentos memorables, como cuando llegó «Consejos Narcos» o «Matando Güeros», el himno que encapsula todo lo que es Brujería: rabia, identidad y resistencia. El público, entre gritos y nubes de «humo», estaba dejándose la piel allí con la banda, muchos de ellos, además, compatriotas.
Para cerrar la noche, sorprendieron con “Marijuana”, su irreverente versión del clásico “Macarena”. La peña presente no paraba de gritar buenas palabras para la banda, pidiendo más canciones. Brujería no ha muerto, como algunos afirman en las redes sociales. La llama del grupo sigue viva. Siguen siendo y representando lo que son, sin filtros ni disculpas. Y quedó claro que los asistentes disfrutaron y quieren seguir gozando de cada instante del caos que pueden seguir ofreciéndonos.
El Arte de la Precisión Quirúrgica con Carcass
Carcass es una de esas bandas que escuché y vi por primera vez en los 90 gracias a Beavis and Butt-Head, como tantos otros descubrimientos geniales que hice gracias a ese programa. Pero lo de Carcass fue diferente. Es una banda que me marcó, que ha influido en mi manera de cantar y de actuar en directo. Desde entonces los sigo, y la verdad es que nunca me han decepcionado.
¿Hoy en día? Están sublimes. Es un verdadero lujo ver a una de las bandas más influyentes del metal extremo y el grindcore seguir ofreciendo actuaciones tan frescas como contundentes. Su nuevo material encaja perfectamente con sus clásicos, tanto, que parece haber estado siempre ahí, como si fuera parte de su esencia desde el principio.
Arrancaron con «Buried Dreams» sobre un telón de fondo blanco, bañado en luces rojas, que le dio al ambiente un toque quirúrgico que encajaba a la perfección con la brutalidad precisa y refinada de Carcass. Seguimos con «Kelly’s Meat Emporium», «Incarnated Solvent Abuse» y «No Love Lost», sin prácticamente respiro entre un tema y otro.

Jeff Walker, siempre elocuente y con ese toque sarcástico que lo caracteriza, no dejó de interactuar con el público, imponía su voz es áspera y poderosa, y tocaba el bajo como si fuera parte de él, como una extensión de si mismo. Bill Steer desplegaba riffs y solos con una elegancia que solo la experiencia y los años pueden dar, y tiene una actitud en el escenario que engancha. Luego está el «nuevo» guitarrista James Blackford, que tiene un estilo relajado y confiado pero sabe como incorporar una buena dosis de agresividad en su actuación. Y Daniel Wilding, el baterista, un tipo de otro planeta. Su técnica y habilidad impecable, hace parecer tan fácil tocar que es casi hipnótico.
El Setlist fue una mezcla perfecta de clásicos y material reciente. Mi momento favorito fue en «Black Star» – «Keep On Rotting in the Free World». La banda estaba en una sincronía absoluta y la ferocidad de su música en directo es algo difícil de comparar, una experiencia que nos destrozo sin piedad.
El final llego con algunas bromas y solo de batería incluido, y con la traca: «This Mortal Coil», «Corporal Jigsore Quandary», «Ruptured in Purulence» y «Heartwork».
Carcass en Sevilla nos lo entregaron todo, y fue un espectáculo sencillamente apabullante. La escenografía aportó muchísimo al evento. Las imágenes típicas de sus videos se proyectaron de forma muy calculada sobre una lona con un tenedor en el lateral derecho de escenario. El público estuvo tan increíble como la banda: saltaron, hicieron mosh pits, circle pits, agitaron sus cabezas y levantaron los cuernos al ritmo de cada canción. ¿Cuántos estábamos allí? Pues, puedo decir que cuando me dirigí hacia el fondo de la sala, ésta estaba llena casi al 98% de su capacidad.
Para mí, ha sido uno de los mejores conciertos que he visto en la historia de la Sala Custom.









