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Dirty Honey nos hace revivir el verdadero espíritu del rock ‘n’ roll

Banda: Dirty Honey
Lugar: Sala Kafe Antokia – Bilbao – 13 de marzo de 2024
Promotor: Last Tour
Texto: Txema Garay
Fotos: Miguel Conde y Txema Garay

Los americanos Dirty Honey llegaban catapultados por su ascenso meteórico en el mundillo del hard rock, que les ha llevado en muy poco tiempo a girar por todo el planeta como cabezas de cartel.

Forjados a la vieja usanza, los angelinos han labrado con consistencia su propio terreno, generando bastante repercusión dentro del rollo.

Una labor que va provocando un efecto llamada entre fieles que se refleja allí donde han tocado previamente con el doble de apoyo y con una excelente entrada donde lo hacen por primera vez.

El estilo que practican vira entre clásicos de la época dorada del rock como Aerosmith, Led Zeppelin, Guns ‘N Roses o The Black Crowes. Un tipo de música bastante trillado, no nos vamos a engañar, pero que no fue óbice para que los músicos desvelaran porque despuntan con creces en la materia.

Con puntualidad británica, los californianos arrancaron ataviados con llamativas indumentarias setenteras donde no faltaban las típicas camisas abiertas o los fulares. Su vigoroso hit «Can’t Find the Brakes», que cuadró a las mil maravillas entre sus acólitos, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida.

El recinto se encontraba bastante lleno y el buen ambiente con cubatas que iban y venían, por toda la sala, destacaba sobremanera para ser un miércoles.

Las primeras sensaciones del cuarteto fueron positivas y permitían que el grupo mantuviese el ritmo echando mano de otras favoritas como la bluesy «California Dreamin» y  una sensacional «Heartbreaker»  que rubricó el inicio del bolo generando un buen puñado de ovaciones. Su frontman Marc Lablelle sirvió de enlace con la audiencia manejando la sesión con tablas y comandando a sus compañeros durante todo el recital. La jarana prosiguió con una fulgurante “Dirty Mind” y la setentera “Tied Up” que mantenía los vientos de cola.

En ese instante rebajaron la intensidad del bolo con las acústicas “Coming Home (Ballad of the Shire)” y el himno de Rolling Stones “Honky Tonk Women” con el que sucumbieron a la cadencia country.

Pinchazo del que despegaron nuevamente con “Don’t Put Out The Fire” aunque no lograron ya alcanzar el ritmo previo y es que a algunos miembros de la banda, en especial a su bajista, se le notaba fuera de lugar a ratos, como quien se queda KO después de un largo día de trabajo. Su voceras en cambio no dudó en echarlo todo y se subió a mitad de tema en el altavoz para arengar a la concurrencia. Entre continúas subidas y bajadas, hubo momentos para brillar con tesón, como fue el caso de “The Wire”, donde demostraron sus credenciales.

Mediante aires sureños propulsaron un montón de bailoteos en “Another Last Time” mientras parte del personal elevaba los bourbon a modo de respeto. La inevitable “When I’m Gone” hizo aparición, en esos instantes, arrancando los gritos de sus aficionados con su atractivo estribillo antes de apearse a los vestuarios.

No tardarían mucho en retornar para acometer el triplete final que se iniciaba con una “Won’t Take Me Alive”, que arrastró a la banda a los límites de las escaleras junto a sus seguidores que apretaban los aledaños. Como contrapunto, deslucieron “Alright” con varios solos que no lograron otro objetivo que adormilar al personal y enfriar el cotarro hasta cotas desde donde ya no pudieron levantarlo.

A pesar de todo concluyeron con los deberes hechos, y casi a medio gas echaron la persiana con “Rolling 7s” como colofón del festín.

By Redacción Metal Hammer

Metal Hammer és una marca legendaria en toda Europa en cuanto a la difusión de la escena del hard rock y heavy metal. El primer número de la revista se editó en diciembre de 1987.

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