My Dying Bride – A Mortal Binding

Esta maravilla de trabajo se inicia con “Her Dominion” con toda la carne en el asador. Toda la esencia doom con toques de heavy clásico y recuperando como nunca la voz gutural, desgarradora y dramática de Aaron. “Thornwyck Hymn” es una auténtica joya con esos acordes largos en donde la batería toma protagonismo, y ese violín… desgarrador, dramático, omnipresente. Destilando melancolía, como la añorábamos en este formato, así como la voz de Aaron, que hermoso dolor transmite.  “The 2nd Of Three Bells” todavía profundiza más en el drama pero desde pasajes tranquilos en un primer momento y Aaron parece otro con tonos muy graves. Tiene toda la esencia de discos pretéritos de los años 90. Nunca los bendings fueron tan hirientes aunque también tiene su parte dura con guturales. Otra obra de arte.

Por si quedaba alguna duda que han vuelto por sus fueros por todo lo alto “Unthroned Creed” muestra seguramente las guitarras más poderosas de todo el disco, de hecho es uno de los elementos destacados recuperando su vertiente más puramente metálica. Al loro con la parte central absolutamente tenebrosa en los susurros de Aaron seguidos del violín. Diversos pasajes y partes forman el tema en el que resulta fácil sumergirte. No puedo parar de subir el volumen, quiero más!!!!!!!!!!!! Todo el disco es un retorno a las raíces… benditas raíces, que combinadas con la sapiencia de una larga carrera no puede tener más que éste resultado.

“The Apocalyptist” es una auténtica epopeya de más de 11 minutos que se inicia con un hiriente violín para en segundos descargar con toda la furia unas fieras guitarras en palm mute y los guturales de Aaron. Estas partes se alternan con pasajes más puramente doom y otras casi acústicas, incluso algunos riffs de lo más clásicos. El inicio de “The Starving Heart” literalmente te pone los pelos de punta antes de entrar en un intenso rasgado guitarrero con toda la esencia del doom como solo My Dying Bride sabe. Intensa, desgarradora y evocadora al mismo tiempo. La final “Crushed Embers” ofrece una doble melodía de violín y guitarras muy conseguida en la que cada instrumento parece no tener nada que ver pero que se acompañan a la perfección. Un tema en que cada instrumento tiene y encuentra su momento para destacar y enriquecer.

Aunque no parezca el mejor momento para la formación británica dado que sus desavenencias internas parecen más intensas que nunca y se han hecho públicas, este trabajo demuestra que creativamente están como nunca. Sin duda, uno de los mejores, sino el mejor disco de su carrera.