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Nightwish – Yesterwynde

Discográfica: 

Nuclear Blast

 

Fecha de edición:

20 de septiembre de 2024

 

Componentes:

Floor Jansen – Voces
Emppu Vuorinen – Guitarra
Jukka Koskinen – Bajo
Tuomas Holopainen – Teclados
Kai Hahto – Batería & Percusión
Troy Donockley – Gaitas, Flautas graves, Guitarras, Bouzouki, Bodhran, Aerofono, Voces

Cuando una banda acaba siendo un referente se abre la veda para que las especulaciones, chismes, rumores, opiniones y comentarios de todo tipo corran como la espuma, especialmente en la era de las redes y sus tonterías. Nightwish es una de esas bandas referentes. Te gustará más o menos pero cimentaron, sin apenas saberlo, lo que hoy se conoce como metal sinfónico. Nacidos al amparo del power metal que reinaba por Escandinavia, y especialmente en Finlandia, en los primeros noventa, y bebiendo fuertemente de él en los inicios, su sonido se ha ido tornando más barroco. Son ya 28 años de carrera que los ha establecido en buena parte de Europa, no en España, como una de las grandes bandas del continente… y, como no, conocida mundialmente en la escena del rock duro y metal.

Nos encontramos ante el décimo disco de estudio del grupo, tercero con Floor Jansen a las voces y que cierra la trilogía iniciada con Endless Forms Most Beautiful, seguida de Human || Nature y que se cierra con este Yesterwynde. En los tres discos la temática versa sobre la naturaleza, la Tierra, la evolución y el respeto y adoración por todo ello siendo el que nos ocupa, a mi criterio, el más personal de su autor una vez escuchado.

En la era de las grabaciones digitales caseras se hace difícil pensar en una producción como esta. Se ha grabado en diferentes estudios y ubicaciones ( el famoso camping de Röskö en Kitee, Paha Pajari también en Kitee, Petrax Studios en Hollola, Studio Dahl en Brastad, Troykington Castle en North Yorkshire, Abbey Road Studios en Londres y los Finnvox en Helsinki) grabaciones a cargo de Tero TeeCee Kinnunen, Mikko Karmila y Troy Donockley. Remarcar, de nuevo, la vuelta a los londinenses Abbey Road de Londres para las partes orquestales contando con tres combos diferentes según requiriera la canción, 50 miembros para la versión más masiva. James Shearman se ha hecho cargo de los arreglos orquestales en lugar del habitual Philip “Pip” Williams.

Si su anterior Human || Nature provocó todo tipo de críticas éste nuevo trabajo no será una excepción ya que sigue la senda de la última década. Si esperáis un Oceanborn, Wishmaster, Century Child o Once no perdáis más el tiempo. La banda, o Tuomas, sigue profundizando en incorporar elementos que expandan su visión musical. No os engañéis, el metal está ahí con alguna de las partes más duras que han escrito pero hay tanto…, y es que son más de 71 minutos de música y tanto que escuchar. ¿Qué puedes escuchar cuando un tema llega a tener más de 600 pistas?

El inicio es “Yesterwynde” que contrariamente a lo que podría pensarse no es un tema en sí mismo sino una intro de casi tres minutos iniciada con el sonido de un viejo proyector analógico (sabido es el amor de Tuomas por el cine y las bandas sonoras) seguido de un coro casi a modo eclesiástico que conduce a una guitarra acústica que con el acompañamiento de las flautas de Troy y la orquestación da a la voz de Floor un colchón perfecto para un tono reposado, más grave. Todo con una clara influencia cinemática… como no.

Con “An Ocean of Strange Islands” se entiende perfectamente los comentarios de la misma banda sobre que sería uno de los discos más “heavys”. Los coros y el arpa inicial llevan a una tromba de sonidos aplastante. Riffs, orquestaciones, coros… todo, de golpe y sin avisar. Floor acude a cabalgar por tal bocanada sónica en una interpretación que no por acostumbrados deja de ser excelente, teatral y majestuosa. El tema tiene de todo y es que en más de nueve minutos hay tiempo para desarrollar todo el potencial que atesora. Partes melódicas, un estribillo que se te queda, percusión apabullante, riffs constantes e incluso hacia los seis minutos una parte acústica de lo más inspirador antes de la traca final. Suerte que los dos últimos minutos son relajados con Troy Donockley a sus anchas en un in crescendo cuando ya pensabas que la cosa iba de bajada. Hay que digerir lo escuchado y, la verdad, que el tema te deja… flipado.

El misterio reina con un bajo marcado en “The Antikythera Mechanism”. Potente inicio percusivo y con Floor mostrando poderío vocal para, marcando la calma del tema, Troy tome protagonismo. Sorprende el toque progresivo del tema así como, de nuevo, la teatralidad que le imprime Floor a sus partes. Las orquestaciones y percusiones suenan impresionantemente presentes. Va a haber críticas de los acérrimos de Floor ya que en la mezcla queda un poco enterrada. La banda ya ha comentado que está hecho aposta y así han decidido que debe sonar. La parte incluída poco después de la mitad del tema podría estar en la banda sonora de una película aún siendo, de nuevo, unas partes bastante duras pero la impronta cinematográfica se deja notar.

“The Day Of…” ya es un tema conocido. Segundo single, la verdad que encaja en el disco pero no te da una idea del resto de material. Cierto aire ochentero, disco incluso, sintetizadores… de nuevo abriendo camino. Por si fuera poco el coro infantil, la parte folk en un tema que entiendo pudiera haber sido escogido como single pero despista.

“Perfume of the Timeless” fue lo primero que escuchamos. Se ha llevado muchos palos por la mezcla en la que Floor queda un poco en segundo plano. Es la tónica de todo el disco y eso puede ir en contra de poder seguir perfectamente las letras. El mismo Tuomas ha dado mucha importancia a la temática que tiene el disco. Sea como sea sigue siendo un buen tema. Tiene fuerza, melodía y capacidad de enganchar a los no iniciados en el “mundo Nightwish”.

Podríamos calificar “Sway” como la balada del disco. Tono nostálgico con dobles melodías de voz por parte de Floor y Troy. Su fuerza radica en la letra y lo que evoca, si quieres entrar en el juego claro. La parte final ofrece una melodía celta, con percusión previa, muy presente en la banda desde hace discos.

Hasta ahora todo menos encaja en el mundo Nightwish, al menos de la última década, pero “The Children of ‘Ata” va a encantar a los haters. Teclados ochenteros en medio de un ritmo disco por donde discurre la pieza y se van incorporando guitarras. Parte central a modo de banda sonora con las orquestaciones presentes hasta que irrumpe la guitarra y va endureciendo la pieza. Puede recordar a “Tribal” con la inclusión de algunos coros tribales pero lo cierto es que desconcierta de inicio y poco a poco te va llevando a territorios conocidos. Posiblemente la pieza más sorpresiva e inesperada del disco. El tema está basado en la historia de los Tongan Castaways, un grupo de seis adolescentes de Tonga que naufragaron en la isla de ‘Ata en 1965 y vivieron allí 15 meses hasta ser rescatados.

Enigmático comienzo para “Something Whispered Follow Me” con protagonismo al melódico solo de Emppu hasta que la voz de Floor queda arropada por la orquesta y de nuevo Emppu. Puede recordarte a “Endlessness” por su comienzo y es indudable el toque pop en alguna parte. Se mantiene en el medio tiempo hasta la parte final en donde los dibujos vocales de Floor me han encandilado en un in crescendo muy marca de la casa.

“Spider Silk”, de nuevo, podría ser una banda sonora de cualquier película con pedigrí, incluso he leído comparaciones con la famosa pieza de La novia cadáver de Tim Burton. Estoy de acuerdo. Esa marcada e impactante frase de Floor “sucking them dry,” marca el inicio de las hostilidades. Contundente y mesurada al mismo tiempo. La percusión de nuevo, merecería un comentario aparte, resulta más que contundente. El palm mute con esa machacona frase “spin away” marca la parte central del tema que va desembocando en una parte instrumental que no es desconocida en el grupo. Teclados, coros, orquestaciones y toda la stravaganzza posible hasta que la combinación de voces de Troy y Floor acaban el tema enlazando con una parte totalmente melódica orquestal.

Una acústica nos introduce en “Hiraeth” y unos angelicales coros crean una atmósfera no vista hasta el momento en el disco. Este extremo queda acrecentado por la voz de Troy que tras dulces armonías con el mismo Troy toma el mando. Poco a poco se añaden elementos: batería, ligeros toques de guitarra que nos llevan a un estribillo muy melódico que en su final se expande con las guitarras y melodías folk con un doble bombo veloz ya en un alud de diferentes elementos.

Se acerca el final, dos temas. Un contundente drum’n’bass toma el inicio de “The Wave” en donde Floor pone la melodía. A pesar de un inicio “heavy”, que no deja en ningún momento, aparece la teatralidad y bombástica habitual del grupo en un tema en el que brilla, y de qué manera, la sección rítmica del grupo de la mano de Jukka y Kai.

El último tema dista mucho de cómo habían cerrado sus discos en las últimas entregas. Nada de temas extensos, épicos o bombásticos. Se trata de una pieza solemne, evocadora, melódica que se inicia con un piano y unas conmovedoras voces de Floor en tono grave. Poco a poco se va adornando la pieza con la entrada de más elementos orquestales en una exhibición de lo que puede hacer esta mujer, que no es poco. Todos aquellos que acusan al grupo que no la aprovechan lo suficiente aquí tienen una pieza para ellos. La parte final emana paz, sosiego y confianza. Aparece finalmente el viejo proyector analógico con el que se iniciaba el disco que si lo enlazas con la intro inicial encaja perfectamente produciendo un memorable bucle.

Sinceramente, lo han vuelto a hacer. Les van a llover las hostias por todas partes de todos aquellos que esperan el power de Oceanborn o que les acusarán de ser no suficientemente metálicos. Hay que ser muy ciego, y casi necio, para no ver que lo que hay aquí, es todo eso y mucho más. Solo pensar que incluyendo la voz de Marko Hietala el resultado podría haber sido un discazo mayor de lo que es… y eso que no se le echa en falta para nada, pero sabiendo de sus capacidades vocales casi se le ponen a uno los pelos de punta.

A estas alturas me parece increíble que un grupo que lleva 28 años de andadura y diez discos contando el que nos ocupa no tengan un disco malo. Altibajos, si. Temas mejores y peores, también. Pero siempre vas a encontrar buen material en sus trabajos ya sea si te gustan las partes duras, melódicas, orquestales o bombásticas. Lo que no hay es monotonía, para eso escucha otra cosa.

Temas:

1. Yesterwynde 2:41
2. An Ocean Of Strange Islands 9:26
3. The Antikythera Mechanism 5:55
4. The Day Of… 4:33
5. Perfume Of The Timeless 8:12
6. Sway 4:23
7. The Children Of ‘Ata 5:37
8. Something Whispered Follow Me 6:38
9. Spider Silk 6:26
10. Hiraeth 6:14
11. The Weave 4:53
12. Lanternlight 6:06

By Albert Perera

Live After Death tuvo la culpa de todo y tantos años después aquí seguimos. Si hay algo que me gusta más que escuchar música es hablar sobre ella y difundirla… y en ello estamos durante un cuarto de siglo.

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