Banda: Saving Grace con Robert Plant y Suzi Dian
Lugar: Gran Teatre del Liceu de Barcelona – 30 de julio de 2025
Texto: Òscar Saro
Fotos: Alfredo M.Geisse
Cuando eres una estrella del rock y la edad incide inevitablemente en tus míticas capacidades, creo que una de las mejores opciones para continuar dignamente sobre los escenarios es tomar caminos nuevos que te permitan visitar terrenos diferentes con un andar adaptado a tus posibilidades actuales. Es una fórmula perfecta para continuar contando cosas y despertando emociones, especialmente si te rodeas de un grupo de músicos inspirado con el que sepas compartir este nuevo viaje.
Estos eran mis pensamientos cuando ayer nos quedamos con la boca abierta ante el nuevo proyecto de Robert Plant en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La aventura tiene por nombre Saving Grace y la ha emprendido junto a la cantante y acordeonista Suzi Dian y un conjunto de cuatro músicos excelentes: Oli Jefferson (batería), Tony Kelsey (guitarras acústicas y eléctricas, mandolina), Matt Worley (banjo, mandolina y guitarras) y Barney Morse-Brown (violoncelo). Remarco desde el principio que me pareció un proyecto coral, donde los seis tenían su protagonismo y donde Plant cedía claramente terreno para ofrecernos un resultado grupal de alta calidad.
Saving Grace es el nombre de la banda y también el nombre que le han dado al nuevo álbum que publicaran el próximo 26 de septiembre, con el mismo búfalo en la portada que ayer veíamos en el fondo del escenario. Un proyecto que han gestado a fuego lento durante los últimos años y en el que han elegido canciones en base a sus afinidades y gustos para revisitarlas con un estilo folk rock muy personal y con un resultado superlativo, a juzgar por lo que vivimos ayer en Barcelona. Actualmente están en una gira de presentación europea en la que han pasado por Granada (26 de julio) y Valencia (28 de julio). Y en noviembre cruzarán el Atlántico en una larga gira por Estados Unidos.

La platea del Liceu estaba llena y en todas las graderías, hasta el piso más alto, vimos gente con ganas de conocer la nueva aventura del mítico cantante de Led Zeppelin. Inevitablemente Plant fue el más reverenciado y las versiones que hicieron de la banda madres fueron las más festejadas, sin embargo, cualquiera de los que estuvimos ayer allí os explicará que los seis artistas hicieron méritos para merecer tanto los aplausos largos con las que se agradecieron cada una de las canciones como la ovación final con las que los despedimos. Trazas inequívocas que dejan rastro de una buena noche de rock en directo.
Plant cantó en un tono menos agudo y demostró estar en una forma excelente. Pero, sobre todo vimos un trabajo coral, junto a la preciosa voz de Suzi Dian y a la de Worley. Con ella, juntaron sus voces en múltiples diálogos vocales o actuando a veces uno de voz principal y la otra de secundario, alternando estos papeles incluso en una misma canción. El guitarrista hizo segundas voces e incluso cantó un tema (“Move Along Train”). Los tres harmonizaron de una manera excelente sus voces para ofrecernos un resultado final grupal y emocionante.

Instrumentalmente, gozamos de una interpretación cuidada, muy personal y de alta calidad. Con un sonido tan sobresaliente, que pudimos oírlo absolutamente todo, hasta el movimiento más suave de las escobillas o las notas más delicadas de las cuerdas. Worley tocó banjo, una especie de mandolina, guitarras de doce cuerdas o de seis y cada instrumento con la delicadeza que necesitaba. Kelsey acarició guitarras eléctricas y acústicas, obteniendo sonidos particularmente inspiradores. Morse-Brown tocó el chelo a veces con el arco o mayoritariamente en digitalizaciones a modo de contrabajo. Jefferson excelente en la batería, con momentos de acompañar con suavidad y momentos de explosión y técnica. También el acordeón de Suzi aportó un tono muy interesante y diferencial en varias de las canciones. Todos los temas dejaron momentos para el protagonismo de lo instrumental y el efecto final fue una especie de magia musical que nos sorprendió por lo inesperado y nos envolvió por lo emocional.
La iluminación también fue intencionadamente tenue, para enfatizar el tono de intimidad y de inspiración de toda la música tuvo durante todo el concierto. La única pega que tal vez le pondría al concierto fue su duración, ya que claramente se nos hizo corto.

Empezaron con la canción tradicional “The Cuckoo”, cuyos primeros compases fueron simplemente con banjo y chelo, para marcar el patrón del camino relajado e intimista que tendría gran parte de la velada. Se añadieron guitarra y batería y los dos cantantes, que la defendieron a dúo en esa especie de diálogo entre ellos que repitieron varias veces durante toda la noche. El público ya se atrevió a marcar con las palmas el ritmo de las partes más animadas.
Bañados por luces rojas, continuaron con una versión de “Angel Dance” de Los Lobos cantada por Plant, en la que Dian tomó por primera vez el acordeón y cantó la segunda voz. Y así llegaron a la primera versión de Led Zeppelin, “Ramble On”, que el público reconoció y celebró rápidamente. Una versión suavizada y preciosa, que explotaba en el estribillo acompañada nuevamente de las palmas del público. La canción transitó por varios pasajes, incluyendo un momento de lucimiento instrumental del acordeón o la guitarra acústica de Kelsey.

Sin moverse de su asiento, Worley se encargó de cantar una versión de “Move Along Train”, de Levon Helm (batería de The Band), usando una voz rasgada que me recordó un poco a Joe Cooker. Los cantantes le acompañaron con unos coros a modo de respuesta gospel que quedaron realmente poderosos.
Usando una acústica, Dian inició sola “Too Far From You”, versión de la cantautora norteamericana Sarah Siskind. La canción evolucionó de manera muy interesante y la cantaron alternando diferentes combinaciones de voz sola, voz principal y secundaria o veces a dúo. La defendieron con desarrollos instrumentales muy interesantes, incluido un solo de Worley con efectos en su acústica para acercarse al sonido de una steel guitar.
La versión de “Higher Rock”, de Martha Scanlan, sonó muy espiritual alternando voz principal y secundaria. Muy celebrado también el desempeño de Plant con la armónica.

Así llegó el momento del segundo tema de Led Zeppelin, “Four Sticks”, que el público también reconoció rápidamente y con la que escuchamos los pasos más agudos y cercanos a la voz original del Robert Plant que todos tenemos en mente. Tal vez el único momento en el que lo vimos más forzado. Sin embargo, la adaptación de la canción la hacía girar totalmente en compases más íntimos para reivindicar un enfoque claramente diferente.
“Everybody’s Song” es una versión de Low que, interpretada con mandolina, tenía un toque arabesco curioso. La canción fue presentada con mucha fuerza y transitó por un estribillo con pausas muy marcadas y mucha resonancia. La parte instrumental de la canción derivó en un solo de batería. Tema espectacular que fue ovacionada con un largo aplauso. Para el tema tradicional “As I Roved Out” usaron nuevamente banjo y violoncelo con arpa, consiguiendo una tonalidad folk también muy viva e interesante.

Fue este el momento de presentaciones, tarea que también hicieron con mucho cariño y dedicación. Plant presentó a Dian y mostró su felicidad por cantar al lado de ella en esta “nueva era”. Y ella presentó al resto de la banda, dedicando unas palabras extensas a cada músico y un agradecimiento especial a Robert, momento en el que todo el público se pudo de pie para aplaudir a su estrella.
Continuaron con la versión de la canción de Neil Young, “For the Turnstiles”, que también me pareció una revisión increíble. Worley con acústica de 12 cuerdas y Jefferson con unos poderoso redobles en la caja que dieron potencia a la primera parte. El tema fluyó a un momento más íntimo con el chelo acompañando a las tres voces harmonizadas para coronar un temazo.
Y “Friends” fue el tema con el que acabaron el pase principal y probablemente la versión de Led Zeppelin que me gustó más. Él cantó y ella le hizo unos coros muy especiales. El público nuevamente la siguió con las palmas. La adaptación del reconocible riff de la canción en una suerte multi instrumental me pareció muy bien lograda.
Dejaron el escenario entre largos aplausos que no cesaron hasta conseguir verlos regresar, con copas de vino en las manos.
Arrancaron el encore con “The Rain Song” de Led Zeppelin, que ya es una canción relajada y ellos la usaron para crear atmósfera íntima con el acordeón. Y, con parte del público de pie agrupado delante del escenario, llegaron al final con la canción tradicional “Gallows Pole” que adornaron con fragmentos «Black Dog» en las que Plant hizo que el público lo acompañara en esos míticos gemidos de un clásico eterno.
Finalizo enfatizando la enorme sorpresa que nos causó este nuevo proyecto llamado Saving Grace, tejido con esa experiencia ancestral que tienen los anglo sajones para la música popular y con una magia especial que nos impactó de lleno. Apuntada queda en la agenda la fecha del 26 de setiembre para poder escuchar su nuevo trabajo y volver a oír estas versiones tan preciosas y particulares que han sabido cocinar Robert Plant, Suzi Dian y sus cuatro músicos acompañantes.


Setlist:
- “The Cuckoo” (tradicional)
- “Angel Dance” (Los Lobos)
- “Ramble On” (Led Zeppelin)
- “Move Along Train” (Levon Helm)
- “Too Far From You” (Sarah Siskind)
- “Higher Rock” (Martha Scanlan)
- “Four Sticks” (Led Zeppelin)
- “Everybody’s Song” (Low)
- “As I Roved Out” (tradicional)
- “For the Turnstiles” (Neil Young)
- “Friends” (Led Zeppelin)
- “The Rain Song” (Led Zeppelin)
- “Gallows Pole” (tradicional) con fragmento de «Black Dog» (Led Zeppelin)


