Banda: The Electric Alley
Lugar: Sala X – 04 de mayo de 2024 – Sevilla
Texto: Adriano Pinelo
Fotos: Aitana Bofill
Son alrededor de las 21.00h cuando me planto ante la puerta de la Sala X de Sevilla para pasar y tomar posiciones. La cosa parece tranquila, quizá demasiado. Me acomodo a un lado del escenario mientras de fondo suena música muy acorde a lo que espero escuchar, cosa que me agrada. Veo como empiezan a entrar poco a poco los primeros asistentes a la velada y casi sin darme cuenta reparo en que la sala está prácticamente llena.
Los gaditanos aparecen prácticamente a la hora acordada y directamente arremeten con su “Apache”, canción que da título a su último redondo.
Como lo que son, continúan con el “Hurricane”, también de este último disco, y se les ve cómodos y agradecidos de tocar cerca de casa, por lo que prometen un espectáculo algo distinto de lo habitual.
La voz de Jaime impresiona desde el primer momento. El bajo de Sergio se hace notar, dirigiendo perfectamente la escena y acompañando en todo momento la guitarra de Nando, limpia y virtuosa, que se ve reforzada por la más que contundente batería de Rafa. Todo hace presagiar que la noche promete.
Tras “One Lasting Light” se conceden el parón de rigor para presentarse cuando el público ya está metido de lleno en el concierto. Continúan con “Standing”, una de esas canciones que no deja que tus pies dejen de moverse, para ir a “What’s Going On?”, con la que te conceden un momento de tranquilidad para poder apreciar ese medio tiempo al más puro estilo americano.
“Last Letter” da paso a “Make It Through The Night”, canción que se me antoja algo distinta a lo que nos tienen acostumbrados. Algo más melódica, incluso melosa. Ese regalo para los sentidos provoco que surgiera una sorpresa que encandiló a los allí presentes.
Tras dar nuevamente las gracias al público por contribuir a que el Rock ‘n’ Roll siga vivo en salas de conciertos, dieron entrada a Charlie Cepeda para que colaborase de manera ejemplar en uno de los temas. Un blues en toda regla que “apenas” duró diez minutos, y que desde mi punto de vista podrían haber alargado otros diez sin aburrir a ninguno de los que acudimos al espectáculo. Todo un lujo de guitarras, ritmo y una voz desgarrada que hacía que se erizase el pelo de la nuca.
Una vez disipado todo aquel despliegue de Rock bluesero, se vuelve a la senda marcada de antemano con el medio tiempo “Thunderbird or Vulture”, para continuar llevándose a su terreno la genial “Cowboy Song” de Thin Lizzy, la cual todos coreamos como adolescentes.
“Celebration” nos devuelve a la noche más fiestera, avanzando inevitablemente hacia el final con los fuegos artificiales de “Fireworks”, con un sonido más maduro propio del último álbum, la voz descarnada de Jaime y unos solos de guitarra impecables. “Up In Flames” nos vuelve a subir a lo más alto de una montaña rusa de ritmos y estilos perfectamente ensamblados, dando paso al “Get Electrified!”, que sigue dándonos Rock ‘n’ Roll a raudales, para llegar a concluir el concierto con “Eagles Fly Solo”; un medio tiempo de corte bluesero, que no por el hecho de ser una gran canción nos llega convencer de que ha terminado la noche.
El esperado bis que el público pedía literalmente a gritos se hizo esperar algo más de lo debido desde mi punto de vista, ya que la maldita música ambiente que suele advertir de que el espectáculo ha terminado comenzó a sonar, por lo que algunos de los asistentes empezaron a moverse en busca de la salida. Por suerte volvieron justo a tiempo para terminar de volver locos a los muchos que se quedaron aguardando el final del bolo con “No Control”, uno de los temas más representativos de su álbum debut, “Backward States of Society”.
Tras este último corte sí que se dio por concluida la noche de Rock con una rápida reverencia al respetable, pero sin más aspavientos. Eso sí, una vez se hubieron refrescado salieron todos los integrantes del grupo gaditano, saludando a los todavía congregados en torno al puesto de merchandising, haciéndose fotos y firmando todos los discos que les pusieron por delante, con un buen rollo que se agradece y la mayor de las sonrisas.
En definitiva, una noche llena de energía y técnica a partes iguales. Para terminar tan sólo deciros que si habéis escuchado los temas de The Electric Alley sabréis que son grandes artistas, pero si los veis en directo os aseguro que ganan, y mucho.
¡Larga vida al Rock ‘n’ Roll en vivo!