Bandas: Violence + Blast Open
Lugar: Sala Wolf – Barcelona – 29 de abril de 2025
Promotor: ITP Promotions
Texto: Edu A.Crime Fotos: Alfredo M.Geisse
Siguiendo la inacabable estela de reuniones, a cuál más improbable, en el mundo del Hard Rock y Heavy Metal en las dos últimas décadas, sin duda una de las más rocambolescas ha sido la de los thrashers Vio-lence…básicamente porque apenas ha existido tal reunión. Más allá del período 2001-2003, durante el cual la banda funcionó con el line up clásico, a excepción de Rob Flynn, o durante los años 2018-2019; Vio-lence se ha convertido desde entonces en una auténtica puerta giratoria de miembros que van y vienen, con Sean Killian como único elemento estable y permanente.
Vio-lence aparecieron al rebufo de la eclosión de la escena Thrash de la Bay Area de San Francisco, en las postrimerías de la década de los 80. Los podríamos situar en un hipotético tercer escalón, debajo de los Big 4, por supuesto, y de una segunda fila con bandas como Testament o Exodus; al mismo nivel que agrupaciones como Heathen o Forbidden. Todas estas formaciones se han convertido, en mayor o menor medida, en objetos de culto. Discografías escasas que, sin embargo, a día de hoy, siguen sonando robustas y cuentan con numerosos defensores. En el caso de Vio-lence, tanto Eternal Nightmare (1988) como Oppressing The Masses (1990) constituyen dos trabajos muy reivindicables.
Lo mejor de todo es que estos “renacimientos” están brindando la posibilidad de ver a estas bandas por escenarios de todo el mundo; lugares a los que ni se acercaron en sus trayectorias originales. Es, nuevamente, el caso de Vio-lence, que se estrenaban en nuestras tierras con nada menos que cinco shows a lo ancho de nuestra geografía, y sirven como celebración del 35º aniversario de la edición del citado Oppressing The Masses.
En el caso que nos ocupa, la sala Wolf de Barcelona presentaba un aspecto desolador poco después de la apertura de puertas. Algunos nos temíamos el dichoso “pinchazo”, aunque, afortunadamente, el aspecto de la sala mejoró antes de la salida de Blast Open, la banda asturiana que se está encargando de abrir los shows de Vio-lence en nuestro país.
Bien está lo que bien acaba, y debe decirse que ambas bandas ofrecieron potentes shows que colmaron las expectativas del público; si bien personalmente, en el caso Vio-lence, con un par de matices. Continúen leyendo.
Blast Open, ímpetu y actitud a prueba de bombas
No tenía ninguna referencia acerca de Blast Open, más allá de que eran una banda nacional. Su propuesta es una amalgama de Thrash de corte moderno, aderezado con pinceladas Groove y un toque Gotemburgo (especialmente en lo concerniente al apartado vocal y a algún arranque “D-Beat”). Algo así como un híbrido entre Slayer, Machine Head y At The Gates.
Debo decir que los asturianos me hicieron pasar un buen rato, con su dinamismo y entrega sobre las tablas, y nos ofrecieron un puñado de temas muy potentes y pegadizos, ejecutados con una energía y contundencia irrefrenable. Toda la banda rayó a gran nivel, destacando su cantante, que también ejercía de guitarrista rítmico, Nekta. Era imposible no contagiarse del entusiasmo que este tipo imprime a la hora de encarar los temas.
La banda ha sufrido numerosos cambios de formación desde sus inicios en 2008, y, de hecho, a excepción del guitarra solista, Andrés Álvarez, tanto el bajista Ton como el batería Marco Álvarez llevan apenas un par de años en la banda. Esto no fue óbice para que Blast Open sonaran como un auténtico cañón, durante los 40 minutos escasos que duró su actuación.

El set de la banda se centró exclusivamente en su más reciente lanzamiento, Spitting Blood, editado en 2022; y obviaron totalmente su primer trabajo, el ya añejo They Destroy Our World, de 2012. Piezas como la inicial “Riding On A Dead Horse”, “Fallen Angel” o una de mis favoritas, “Pool Of Blood”, removieron al público que respondió de manera bastante entusiasta. Blast Open aprovecharon para presentar también un par de temas de nuevo cuño, ya grabados por la formación actual, y que han editado como sencillos hace apenas unos días. Así, tanto “Invisible Lines” como “Resurrected” fueron dos puntos álgidos del show, así como una excelente “Pray Without Fear” que Nekta dedicó a la audiencia. No hubo tiempo para mucho más, y tras otro par de temas de Spitting Blood, -“A Light Behind The Darkness” y “Trying to Escape”-, la banda se despidió agradecida de un público que le brindó no pocos aplausos.
SETLIST BLAST OPEN
Intro
Riding On A Dead Horse
Fallen Angel
Invisible Lines
Pool Of Blood
Resurrected
Cross Hate
Pray Without Fear
A Light Behind The Darkness
Trying To Escape
VIO-LENCE, Sean Killian y otros cuatro se llevan por delante al público de Barcelona
Seré honesto: no las tenía todas conmigo en cuanto a lo que me podría encontrar en el show de Vio-lence. Los continuos vaivenes de miembros en los últimos meses me hacían temer la posibilidad de padecer un concierto a cargo de una banda montada a toda prisa y poco ensayada. Craso error por mi parte. Los músicos que acompañan a Sean Killian este periplo europeo son de primer nivel. Mercenarios, por supuesto, pero con unas tablas y una categoría contrastada. A las guitarras, el ilustre Ira Black, veterano de decenas de bandas de estilos tan antagónicos como Dokken o Bulletboys, pasando por Lizzy Borden y Vicious Rumors, hasta los mismos Heathen o I Am Morbid. Compartiendo funciones de guitarrista tuvimos al también avezado Claudious Creamer, actual guitarrista de Possessed. Y redondeando la formación los no tan conocidos, pero igualmente eficaces, Jeff Salgado al bajo y Nick Souza tras los tambores.
Para cuando Vio-lence se subieron al escenario, la presencia de público había aumentado considerablemente, si bien no se llegó, ni de lejos, al lleno absoluto. Un público cuya media de edad, todo hay que decirlo, era bastante elevada. Quizá el “target audience” de Vio-lence no trascendió generacionalmente como sí lo ha hecho el de otras bandas de su quinta; y, más allá de algunos asistentes más jóvenes, que, muy probablemente no habían nacido cuando se publicó Oppressing The Masses, lo que predominaban eran melenas canosas y/o recesivas, y chalecos y cazadoras añejas con infinidad de parches que ya contemplan muchas salas y muchas bandas. En definitiva, un público “old school” para una banda “old school”.

Lo que quedó meridianamente claro es que ese público venía con ganas de pasárselo en grande, y vive Dios que Vio-lence consiguieron ofrecerles una noche de diversión. La excusa del aniversario de Oppressing The Masses propició que la banda interpretara el álbum en su totalidad, si bien, y en mi opinión muy acertadamente, no lo tocaron “por orden”. Ello consiguió dotar al show de una dinámica óptima. Eso sí, hubo que esperar un buen rato para que Killian y los suyos rescataran el primer tema de su fantástico debut, Eternal Nightmare.
Así, la tríada inicial con “Liquid Courage”, la letal “Subterfuge” y “I Profit” elevó la temperatura de la sala a punto de ebullición. La engañosa apariencia frágil de Sean Killian contrastó con su excelente rendimiento vocal durante todo el show. El tipo no paró de chocar puños con las primeras filas, animando a los presentes con sus típicos movimientos. Contemplando sus evoluciones por el escenario, cuesta pensar que Killian padeció hace unos años una cirrosis hepática en fase 4, de la cual, afortunadamente, parece haberse recuperado.
Cualquier duda sobre la solvencia de la banda quedó despejada desde el primer momento. Así, Ira Black comandaba el escenario con su impresionante presencia, clavando solo tras solo, y muy bien apoyado por Creamer en algunas partes solistas a dúo. Tras ellos, una base rítmica muy engrasada echaba adelante cada pieza. Y fueron tres piezas más, extraídas de Oppressing The Masses, las que pudimos disfrutar a continuación, destacando una tremenda “Engulfed By Flames”. Durante esta primera parte del show ya se sucedieron continuos “circle pits” que no cesaron en ningún momento.
Curiosamente, y pese a su buen nivel vocal, cuando Killian se dirigía al público, su voz sonaba quebradiza, casi afónica, aunque, insisto, su actuación fue impecable. Ello quedó patente durante los primeros rescates de Eternal Nightmare, “Phobophobia” y una inapelable “Serial Killer”, con Black y Salgado apoyando muy bien en las voces a Killian. Esta segunda parte del concierto fue, sin duda, la que más disfruté. Y es que siempre he preferido Eternal Nightmare a Opressing The Masses. Probablemente este último sea un álbum más refinado, y mejor ejecutado que el debut. Pero la frescura que supuran los surcos de Eternal Nightmare me parecen irresistibles. Y creo sinceramente que se trata de un disco mucho más variado que ese segundo trabajo.
La interpretación de los homónimos “Eternal Nightmare” y “Oppressing The Masses” fue todo un acierto ya que estamos, probablemente, ante dos de los mejores temas de la banda. Y la respuesta del público fue acorde a tal despliegue de energía. La recta final del show incluyó dos de mis piezas favoritas, “Kill Or Command”, y, sobre todo, la furibunda “Calling In The Coroner”, que sonó verdaderamente atronadora. Para el final, y contra todo pronóstico, Vio-lence recurrieron a un tema de su más reciente Ep, Let The World Burn, editado en 2022. El elegido fue “Upon Their Cross” que, si bien no obtuvo la misma respuesta por parte del público, resultó ser un tema de lo más solvente. Cerrando el show, como no podía ser de otra forma, el tema más conocido de la banda, como mínimo a nivel “general”: la contundente “World In A World”. Un final algo abrupto, ya que apenas habían transcurrido 75 minutos de conciertos.
Como el propio Sean Killian se encargó de decir, ellos no hacían bises porque solo las “pussy bands” hacían bises. Y ellos no son una “pussy band”. Ok, pero quizá tampoco habría sido de “pussy band” tocar algún que otro tema más, digo yo. Y más cuando únicamente quedaron en el tintero un par de cortes de Eternal Nightmare, además, por supuesto, del olvidadísimo tercer álbum, Nothing To Gain, de 1993, al cual pocos echaron de menos.
Es uno de los “peros” que se le pueden poner a un, por otra parte, excelente concierto. La otra cuestión es la estabilidad de la banda. ¿Estamos ante una formación más o menos estable? ¿Serán otros cuatro músicos los que acompañen a Killian en sus futuros shows? ¿Quiénes formarán parte de la banda si esta decide, eventualmente, volver al estudio de grabación? Son cuestiones que asaltaban a quien suscribe, mientras contemplaba el show. Y es que, por muy potente que resultara ser la banda que ejecutó el concierto de esa noche, uno no puede dejar de pensar que, hace tan solo unos meses, quienes flanqueaban a Killian en el escenario eran Phil Demmel y Christian Olde Wolbers. Por ello, creo que el futuro de Vio-lence pasa, necesariamente, por conseguir un line up totalmente estable. Una vez dicho esto, es indiscutible que lo ofrecido esa noche por Killian y los otros cuatro, fue de notable alto.

SETLIST VIO-LENCE
Liquid Courage
Subterfuge
I Profit
Engulfed By Flames
Officer Nice
Mentally Afflicted
Phobophobia
Serial Killer
Eternal Nightmare
Oppressing The Masses
Kill Or Command
Calling In The Coroner
Upon Their Cross
World In A World







