La edición de 2023 del Brutal Assault ha sido, una vez más, sobresaliente: organización, line-up, gestión… El ambiente cercano y familiar que caracteriza al festival celebrado cada año en la localidad de Jaromer (República Checa) ha hecho que entre el nueve y doce de agosto nos hayamos sentido en la Fortaleza de Josefov como si estuviésemos en nuestros hogares.
Con una breve warm-up party en la jornada anterior al comienzo del BA, Jaromer daba la bienvenida a los miles y miles de asistentes que cada año lo visitan. Un evento que viene celebrándose desde 1996 y que, en origen, se trataba de un meeting de música grindcore en el que principalmente actuaban grupos de la zona –Eslovaquia y República Checa–. Con el paso del tiempo, creció y cambió de ubicación, convirtiéndose en lo que ahora conocemos.
Unos días antes del Brutal, veíamos cómo el Wacken Open Air sufría las consecuencias de las incesantes lluvias que se estaban produciendo en la zona central de Europa, esperando que en este caso no ocurriese lo mismo. Aunque sin llegar a semejante nivel, las tormentas afectaron al BA de manera importante el primer día de evento, convirtiendo el terreno en un lodazal y obligándonos a adaptar nuestro calzado y vestimenta al temporal.
Miércoles 9
A pesar del clima adverso, el miércoles nos dirigíamos al recinto dispuestos a disfrutar de las actuaciones que nos ofrecía el primer día de Brutal Assault. Y qué mejor manera de hacerlo que con una banda que conocemos muy bien: Angelus Apatrida. Los de Albacete abrían el Marshall las 13:20h con un buen puñado de seguidores arremolinado en las proximidades, dispuesto a darlo todo con la habitual descarga de energía de la banda. Y no decepcionaron, con clásicos como “Give ‘em War” y lo que se ha convertido ya en todo un himno “You Are Next”, los hermanos Izquierdo acompañados por Víctor y ‘Davish’ hicieron las delicias de todo aquel que se acercó a verles. Fue una gozada.
Y con esta apertura que lograba que nos sintiésemos en casa aún más si cabe, arrancábamos motores para ponernos serios y ser testigos de todo lo que estaba por venir. Fit For an Autopsy se subían al escenario contiguo pasadas las dos para completar un bolo súper cañero en tan solo tres cuartos de hora. Joe Badolato llegó para comerse el mundo con su tremenda voz, que sonó tan increíble como el resto de la formación. Una intensidad brutal para una actuación que nos supo a poco y que ojalá hubiesen podido alargar un poco más.
Sin tiempo para lamentaciones, nos desplazábamos de nuevo al Marshall para descubrir lo que nos tenían preparados los australianos Be’Lakor. Los de Melbourne nos volvió a demostrar lo que es hacer las cosas bien: su death metal melódico está a un nivel espectacular y su ejecución en directo es impecable. La voz de su vocalista George Kosmas es una de nuestras favoritas del metal y es siempre garantía de calidad. Con temas como “The Smoke of Many Fires” dejaron al público boquiabierto. Ciertamente una pasada.
Mientras echábamos un vistazo al enérgico espectáculo que ofrecían desde las tres y media los estadounidenses Slapshot en el Obscure Stage, Bleed From Within se preparaban en el Sea Sheperd para entrar en acción poco después. Los chicos de Scott Kennedy realizaban un repaso completo a sus dos últimos álbumes “Shrine” y “Fracture” frente a un público que en pocas horas se había ido multiplicando hasta llegar a abarrotar el recinto. Sin mucho respiro, nos volvíamos a colar en el Obscure para asistir al concierto de los ya clásicos Crowbar. Aunque parezca que no, el grupo de Nueva Orleans con Kirk Windstein al frente lleva más de treinta años de carrera y eso se nota. Llegan, tocan con toda la comodidad del mundo, disfrutando e interactuando con su público y hacen lo que mejor saben: música de calidad. Nos encanta verles en directo y sobre todo en un festival en el que el sonido fue genial.
Y de un clásico saltamos a otro clásico que lo es en mayor medida aún: en activo desde 1980 Agnostic Front realizaban su incursión al Sea Sheperd unos minutos después de las cinco y media de la tarde. Viendo su apabullante directo nadie diría que estos neoyorkinos llevan más de cuatro décadas haciendo ese hardcore punk que no deja indiferente a nadie. Una locura de concierto en el que no pararon e hicieron que sus fans no parasen con ellos.
Cambiábamos totalmente de tercio para pasar a Beartooth, una banda con menos bagaje pero que sabe muy bien lo que tiene que hacer sobre el escenario para meterse al público al bolsillo. Un Caleb Shomo que no para y que, sin camiseta pero con el pecho bien tatuado, llama la atención de todo aquel que se acerca. Estuvo bien, siendo un pequeño descanso en cuanto a la intensidad de los bolos anteriores y los que venían después.
Con un breve repostaje por la zona de foodtrucks –variadísima por cierto, con opciones para todos los gustos (desde comida mexicana o india hasta helado artesano, entre otras muchas posibilidades) y necesidades diversas (apto para veganos, celiacos, con alergias…), algo que nos parece importantísimo y que queremos resaltar– volvíamos a la zona principal para hacer frente al tramo más intenso del día.
Sodom en el Sea Sheperd rozando las ocho de la tarde era uno de los platos fuertes de la primera jornada. El thrash metal más puro de estos alemanes que enmarcamos dentro de los Teutonic Four, venía con ganas de mantener bien alto su status. Con una puesta en escena impecable, tiraron de repertorio de la vieja escuela para contentarnos a todos. Con sencillos épicos como “Nuclear Winter” o “Agent Orange” e incluso la cover del “Leave me in Hell” de Venom, los de Gelsenkirchen bordaron su actuación. Un bombazo en toda regla.
Aunque pensábamos que Sodom era complicado de superar, llegaron sus compatriotas de Heaven Shall Burn para desbancarlos. Y es que menudo nivel. A pesar de que HSB siempre se caracterizan por su calidad, en el Brutal Assault se llevaron la palma. Fue absolutamente impresionante, transportando a los muchachos de Marcus Birschoff al pódium absoluto del día: excelente interpretación instrumental y en la voz del frontman, efectos de luces y pirotecnia en la línea de lo esperado, un setlist perfectamente estudiado y confeccionado a medida de lo que busca un festival como el BA. En definitiva, un espectáculo de diez al que no se le puede sacar ni un pero. De los de disfrutar de principio a fin.
Para cerrar la jornada llena de emociones y un elevadísimo nivel entre los protagonistas, nos esperaba un solape entre Meshuggah y los británicos While She Sleeps en escenarios bastante alejados, Sea Sheperd y Obscure respectivamente, por lo que decidimos acudir un rato a cada uno. Dos grandes shows a los que los asistentes ya llegaban un tanto cansados tras muchísimas horas de actuaciones pero que, incluso en este estado, se volcaron con las formaciones, las cuales realizaron un buen trabajo. Con Converge a las 23:30h y Possessed entrada ya la madrugada, dábamos cierre al primer día con un balance top. Era la hora de descansar y recargar pilas para la próxima jornada.
Jueves 10
El segundo día de Brutal Assault pintaba igual de intenso o más incluso que el primero. Con otra apertura para sentirnos como en casa, con los catalanes Crisix sobre el Sea Sheperd pasadas las doce de la mañana, dábamos el pistoletazo de salida al jueves. Unos Crisix bestiales que no perdían ocasión para conquistar territorio, ya que se ganaron al público en menos de lo que canta un gallo. Su calidad y simpatía hicieron disfrutar a todos aquellos más madrugadores y con temazos como el reciente “Full HD” o el más añejo “Ultra Thrash” dieron un concierto impresionante.
A lo largo de las siguientes horas tanto el Marshall como el Sea Sheperd acogieron a bandas como Evildead, Death Before Dishonor, Ingested o Wolfheart, para recibir finalmente a los esperadísimos Malevolence a las cuatro de la tarde. En menos de diez cortes, los británicos hicieron un despliegue de su discografía que, aunque no es muy extensa, les ha servido para situarse en lo más alto de la escena hardcore actual. Centrándose en su álbum más reciente “Malicious Intent”, ofrecieron un conciertazo al que pusieron el broche final con “On Broken Glass” mientras sus seguidores se dejaban la piel a pie de escenario.
La tarde iba a estar repleta de actuaciones que se solapaban y se hacía complicado llegar a todo: Eyehategood tocaban al mismo tiempo que Moonspell, estilos muy diferentes que hacían dividirse a los asistentes. Eyehategood quizás no estén en su mejor momento pero contaron con un público considerablemente amplio para lo que en esta ocasión ofrecían. Moonspell llevaron a cabo un buen concierto, correcto y sin complicaciones.
A las 17:55h Shadow of Intent se lucieron en el modesto Obscure, con un bolazo del que no se puede decir nada malo: Ben Duerr, su vocalista y miembro fundador cuenta con una voz de las que existen pocas, pudiendo hacer con ella lo que le viene en gana en cada momento y con unos registros que ponen los pelos de punta a cualquiera. Instrumentalmente sonaron genial y pese a su juventud, tienen una calidad inmensa. Ojo a estos americanos.
Biohazard fueron un completo derroche de energía y brutalidad tras 35 años sobre el stage. Una salvajada de principio a final con un recinto repleto en el que no pararon de volar ni cosas ni personas. Un no parar de crowdsurfers que disfrutaron con este apocalíptico show de los estadounidenses. Parece que el tiempo no transcurre para ellos, ya que se hallan en un estado de forma envidiable. Tras ellos, Brand of Sacrifice realizaban una breve visita al Obscure pasadas las siete de la tarde para dar paso a los míticos Dying Fetus y su más puro death metal que vendrían seguidos por los aún más oscuros si cabe, Belphegor. Dos grandes formaciones gestadas en la misma época y bajo el mismo estilo, y que en el BA dejaron claro que este género sigue pegando muy fuerte.
En esta segunda jornada todo estaba siendo muy intenso y apenas estábamos disponiendo de tiempo para echar un vistazo a los stands de merch ni a los foodtrucks que nos permitían reponer fuerzas. En lugar de ello, íbamos a trasladarnos de nuevo al Sea Sheperd porque llegaba el turno de Sepultura, uno de los cabezas más esperados. El sonido estuvo muy bien y no faltaron clasicazos como “Refuse/Resist”, “Arise” o “Roots Bloody Roots”. La campa frontal, en la que no cabía ni un alfiler y resultaba imposible pasar a través de ella, estaba abarrotada de fans que disfrutaron de unos Sepultura realmente buenos. In Flames a continuación en el Marshall, estuvieron a la altura de los brasileños –en origen al menos– y el público quedó contentísimo con estas dos últimas incursiones al stage.
Para cerrar, a horas un poco más tardías, Watain y su halo de misterio y oscuridad junto al synthwave de los franceses Carpenter Brut, fueron despidiendo a todo aquel que tenía ganas de jarana y que se resistía a marcharse a descansar. Sin embargo, era necesario un poco de calma ya que todavía no habíamos cruzado ni el ecuador del festival.
Viernes 11
El viernes llegaba con una noticia que no nos alegraba demasiado: así, sin ningún tipo de preaviso, la organización del Brutal Assault comunicaba que Overkill, uno de los nombres más potentes de la jornada, se caía del cartel. En su lugar actuarían S.D.I. que, aunque también de gran calidad y muy difícil de ver, nos dolió de manera considerable conocer la ausencia de los de Bobby Blitz en el BA.
Al igual que en los dos días previos, el viernes llegábamos pronto a la Fortaleza de Josefov para comenzar la jornada con una banda a la que le teníamos muchas ganas: Insanity Alert. Los austriacos, que no disponían de mucho tiempo sobre el Sea Sheperd, fueron a degüello: arrancaron con una actitud súper enérgica, directa y con la que hicieron venirse arriba a todos los allí presentes. Una vez metidos en harina, cambiábamos de estilo con esa mezcla de géneros que caracteriza a los daneses Cabal, que pueden gustarte muchísimo o no entenderlos. Tras ellos, con la particular marca de Archspire, el no parar de su vocalista Oli Peters y la seguridad que transmiten, el recinto se fue llenando a marchas aceleradas.
A lo largo de las primeras horas de la tarde se sucedieron unos cuantos grupos que sonaron realmente bien: Krisiun en el Marshall, algo estáticos pero con una calidad e interpretación perfectas, Knocked Loose y la particular voz de Bryan Garris, un tanto estridente pero que engancha sin darnos cuenta, Nile en el Marshall rozando las cinco de la tarde con una puesta en escena impecable y unos Cro-Mags brutales, con un John Joseph al frente que, a sus 60 años sigue en pleno estado de forma y dejándose la piel sobre el escenario, sirvieron para ir abriendo boca a las actuaciones que tendríamos más adelante.
Un poco antes de las seis, el día comenzaba a tomar tintes un tanto oscuretes. Los noruegos Borknagar se subían al Sea Sheperd para hacer gala de su black metal con trazas de folk y metal progresivo ante la atenta mirada de un recinto a rebosar. Un concierto que nos gustó mucho y del que nos marchamos nada más acabar para llegar a tiempo a Kataklysm, que esperaban en el stage contiguo frente a un público también abarrotado. Y es que es cierto que se percibió que el viernes la asistencia había subido de manera importante respecto al miércoles y al jueves. Unos Kataklysm que, con un Maurizio Iacono imparable y su actitud cercana y activa frente a su público, dejaron una sensación inmejorable entre los fans.
Sin un minuto de respiro y volviendo a los clásicos básicos llegaba un grupo que nos encanta: Obituary. Con el carismático John Tardy al frente y álbum nuevo bajo el brazo, los de Florida aterrizaban en Jaromer para soltar un set potentísimo como si de una bomba se tratase. Desgranando su nuevo “Dying of Everything” del que interpretaron hasta seis temas, retrocedieron hasta su primer trabajo “Slowly We Rot” para poner el broche final a su brutal bolo con el corte que daba nombre al mismo. Simplemente buenísimos, están a otro nivel.
Para completar la tercera jornada, con el despliegue de luces y psicodelia de Perturbator, un rollo un tanto extraño pero que a la vez engancha muchísimo, el BA se convirtió en toda una fiesta. Seguidos por S.O.D. como sustitutos de Overkill y Gorgoroth que llegaban al Sea Sheperd pasadas las doce y media de la noche, dábamos por finiquitado el viernes.
Sábado 12
Último día y, a pesar del cansancio acumulado, esa especie de tristeza de que el festival hubiese transcurrido tan rápido estaba ahí. Aún así, el line-up del día era muy fuerte y quedaban unas cuantas cosas potentes por disfrutar.
Después de formaciones como Obsidious a unas horas un tanto intempestivas –tocaban a las diez y media–, I Built the Sky algo más tarde, los finlandeses Omnium Gatherum pasadas las dos o Maybeshewill, llegaban Infected Rain a eso de las cuatro de la tarde al Sea Sheperd. Nos fascina la garra y la fuerza con la que esta banda moldava entra siempre en faena y esta vez no fue menos. Tirando de un setlist bastante novedoso en el que sobre todo incluyeron canciones de sus dos últimos LPs, “Ecdysis” y “Endorphin”, nos dejaron con un buen sabor de boca y ganas de verles más pronto que tarde. Y en esta línea de buen hacer en directo, Anaal Nathrakh en el Marshall supieron mantener el nivel. Con un lleno importante teniendo en cuenta que era relativamente temprano, se llevaron de calle a todos aquellos que habían decidido acercarse hasta allí.
En el Obscure, unos Suicidal Angels con un sonido muy bueno para lo pequeño de este espacio –que en algún que otro show había dado problemas en este sentido– animaron el cotarro de forma previa a los teutones The Ocean, que a pesar de su estilo totalmente distinto al thrash de los griegos, engatusaron al público de la zona logrando que se quedase. Y es que ciertamente suenan muy bien; enganchan.
Mientras tanto, en el área de escenarios principales, Terror con un directazo para poner los pelos de punta a cualquiera, eléctrico y lleno de energía, hacían de las suyas sobre el stage. Un Scott Vogel que no para y aún así mantiene una voz impecable con el avance de temas, una interpretación de un nivel elevadísimo tanto a la batería como en las guitarras y un Chris Linkovich al bajo que, pese a ser la última incorporación a la banda, encaja a las mil maravillas. Uno de los conciertos a destacar del BA sin duda alguna.
Y si el viernes habíamos tenido a Obituary como representantes del metal de Tampa, hoy llegaba el turno de Deicide, de exactamente el mismo lugar. Unos Deicide que en manos de Glenn Benton a la voz y el bajo siempre ofrecen unos bolazos que nos dejan con ganas de más. Tras ellos, los chicos de Barney, Napalm Death, en una descarga de adrenalina brutal en la que fueron capaces de interpretar más de veinte sencillos a pesar de tener algunos problemas con el micro al inicio del bolo, lo dieron absolutamente todo. Y es que estos británicos que cuentan con más de cuatro décadas de carrera a sus espaldas e incontables discos de estudio, nunca defraudan. Alternando cortes de su último álbum “Throes of Joy in the Jaws of Defeatism” con singles de “Scum” –de nada más y nada menos que 1987–, completaron prácticamente la totalidad del setlist. Sus fans disfrutaron a más no poder.
Íbamos acercándonos peligrosamente al final y llegaba la hora de los que iban a convertirse en los protagonistas absolutos de la noche: Trivium. No hay mucho que decir de Matt Heafy y los suyos más allá de su brillantez, elegancia y saber hacer. Es imposible sacar un solo fallo a la actuación que los americanos ofrecieron en el Brutal Assault. Desde la primera nota hasta la última, todos y cada uno de los riffs, así como la batería y el bajo a manos de un Paolo Gregoletto que tenía que ayudarse de un micro con apoyo para su instrumento ya que ha sido recientemente operado, fueron espectaculares. No faltaron temazos como “The Sin and the Sentence”, “Strife”, “The Heart From your Hate” o la tremenda “In Waves” para cerrar un setlist impecable. No se les puede pedir más. La mejor actuación del BA 2023 en todos los sentidos –al menos a nuestros ojos–. Sobresalientes como el Brutal en sí.
Los últimos coletazos los darían Hypocrisy, que no se quedaron cortos en cuanto a calidad y tablas sobre el escenario, unos Orbit Culture en el Obscure que cada día crecen más y que presentaron temas nuevos como “Alienated”, simplemente espectaculares; y unos Marduk encargados de cerrar la edición número veintiséis del festival checo –ya bien entrada la madrugada– con ese halo de misterio y oscuridad que les caracteriza.
Una vez más el Brutal Assault nos ha demostrado que no tiene nada que envidiar a otros eventos de similares características celebrados por el resto de Europa ya que cuenta con una organización trabajadísima. Lo cierto es que cuidan hasta el mínimo detalle, lo que conlleva meses de duro esfuerzo. Sus particularidades como la sala de cine de la que dispone el festi, un espacio que podríamos identificar como un ‘cervezódromo’ y su cuidada ubicación en la Fortaleza de Josefov hacen que el BA se espectacular.
Sus asequibles precios en el merchan oficial, la variedad de stands de bebida y comida, así como la amplia oferta de ocio y actividades, además de los packs que ofrecen en cuanto a alojamiento –camping, hostels u hoteles, con transporte incluido– logran que la experiencia en el Brutal sea excelente. Sin duda alguna, un festival que merece la pena repetir.
De momento, sabemos que las fechas para 2024 serán del 7 al 10 de agosto, a lo que se une la warm-up party del día previo y que algunas de las principales formaciones anunciadas por el momento son Achitects, Behemoth, Motionless in White y Emperor. Estaremos atentos.