Banda: Leprous
Lugar: The Music Station, Madrid, 16 de enero de 2025
Promotor: Madness Live!
Fotos: Raúl Blanco
En una tarde fría de invierno, nos acercamos a ese recinto ubicado en una antigua estación de trenes de Madrid, The Music Station, para vivir una velada prometedora. Tanto por su título «An exclusive evening with Leprous», como por lo mucho que nos han impactado los noruegos en los últimos años. Llegamos puntuales para verlos sudar rock de cerca y eso significa esperar un rato mientras la sala se va llenando. En esta espera nos llega la noticia de que ha muerto David Lynch, brillante demiurgo del cine surrealista. ¡Gran pérdida! Que sirva una genialidad que todavía tiene recorrido y futuro en el rock progresivo contemporáneo para rendir homenaje a otra genialidad del séptimo arte que se nos va.
A finales del 2024, a mi socio Quico Gras y a mi nos tocó el premio de poder entrevistar a Einar Solberg, cantante y líder de Leprous. Charlamos extensamente del nuevo trabajo que la banda publicó en agosto del 2024, Melodies of Atonement, y de muchos otros detalles interesantes (ver entrevista en el nº 421 de la revista física de Metal Hammer España o en la versión digital publicada la web: https://metalhammer.es/entrevista-leprous/). La entrevista y la preparación del concierto han hecho que me vuelva a contagiar intensamente con la sensibilidad de Leprous y que llegara a esta noche exclusiva con muchísimas ganas y con más información que en cualquiera otra ocasión que los he podido ver en directo.

Reconozco que las afirmaciones rotundas se han de dejar para el final de una crónica, pero en esta ocasión voy a aventurarme a lanzar una en el tercer párrafo: Tras volver a disfrutar de los noruegos en un escenario y de comprobar lo poderoso que suena su último trabajo en directo, afirmo que Leprous es la banda más en forma en la escena del metal progresivo actual. Tanto por su propuesta musical tan personal y contemporánea, como por la brillante atmósfera de sensibilidad que tejen en directo y que contagia al público de una manera que hace tiempo que no veía. Aplausos larguísimos de pura emoción al final de muchas de las canciones demuestran de manera perfecta lo que intento transmitir.
Sabíamos que esta noche era especial y que nos iban a regalar un setlist largo y con más de una sorpresa. Compartir primero algunas reflexiones generales, como la presencia de un sexto componente para respaldo en directo, que se ocupó de los teclados. Un gran acierto que proporcionó más similitud a cada tema y que permitió que tanto Einar Solberg como Tor Oddmund Suhrke, encargados habituales de los teclados en directo, pudieran centrarse más en la interpretación de cada tema.
Y aquí enlazo con el segundo punto que me gustaría destacar: el dramatismo con el que Leprous interpreta su música en directo, que no por conocido deja de ser impactante y contagioso. Los gestos y movimientos tan teatrales y emocionales, el ir y venir por el escenario dejándose ir por la intensidad del momento, una plataforma continua en la parte delantera para enfatizar momentos junto a los chorros furiosos de humo hacia el cielo.
Cerrando las observaciones genéricas, acabaré explicando que era una noche especial para repasar su discografía y tocaron temas de ocho de sus nueve trabajos de estudio, incluido un primerísimo tema “The Passing” de su primer álbum Tall Poppy Syndrome (2009). Sin embargo, Leprous enfoca su mirada claramente hacía el futuro y ayer nos presentó en directo seis de los temas del nuevo trabajo, Melodies of Atonement (2024), que posiblemente por estar recién salidos del horno se presentan calentitos y ejecutados de una manera magistral. Si alguien tiene alguna duda con su último trabajo, le animo a que lo disfrute en directo y opine.
Empezaron la primera parte del concierto con el “temazo” que abre el nuevo álbum, “Silently Walking Alone”, con el que nos gritaron aquí ha llegado Leprous y esta no va a ser una noche cualquiera. Continuaron con la poli rítmica “The Price” que es posiblemente nuestro tema preferido de su discografía y uno de los más prototípicos de su sonido.
Solberg nos saludó en español: “Estoy muy feliz de tocar para ustedes…” y continuaron con una brillante “Illuminate” y con una fresquísima “I Hear the Sirens” que, se notó para bien, es material nuevo.

La vibrante interpretación de la nueva “Like a Sunken Ship” fue uno de los momentos de la noche, empezando con Simen Børven tejiendo una línea profunda de bajo, delante y en penumbra. Con la incorporación paulatina de la batería, de la línea vocal y del resto de la banda, hasta llegar a la explosión del tema, con chorros de humo para enfatizar los momentos de fuerza. Música teatralizada y poderosa. Continuando con “Forced Entry” en el que Solberg se puso a los teclados y disfrutamos de pasajes de guitarra solista a cargo de Robin Ognedal. Una canción compleja que muestra lo que era Leprous en sus principios y que culminó en gritos de auténtico júbilo del público, que quedaron ahogados con el inicio del siguiente tema, “Out of Here”.
Con la preciosa “Alleviate” pudimos ver todo el poderío de Baard Kolstad, un portento de la batería; potente, singular y carismático. Y con “Distant Bells” empezada con ese piano y creciendo poco a poco, nos volvieron a golpear emocionalmente, sonando suave y preciosa. El público entusiasmado la premió con un aplauso infinito.
Acabaron el primer pase con “Foe”, donde Kolstad volvió a lucirse y con un “Nighttime Disguise” de una interpretación tan dramática que el público, contagiado, acabó gritando y saltando.
y se concedieron quince minutos de pausa y, entre la música ambiente, reconocí ese «Sentimental» de Porcupine Tree, escrita unos años antes de la existencia de Leprous pero de esencia muy “Leprousiana”.
Iniciaron la segunda parte con el tema nuevo, “Unfree My Soul”, de poderosas guitarras arpegiadas y continuaron con un “On Hold” que empezaron solo con guitarra y voz, y que desembocaron en un mar de matices. “Below” fue el siguiente tema, con Solberg al teclado y con slides en las guitarras. El público lo cantó y nuevamente concedió un aplauso final interminable. Para introducir la canción más antigua de la noche, “Passing”, preguntó y bromeó con quién afirmaba conocer a Leprous desde el principio.
Y con “Faceless” llegó el momento más emocionante de la noche. A falta de contrabajo, nos explicaron que Børven usaría una especie de bajo formato ukelele para ese inicio de canción tan poderoso. Y para poder desatado, el del final de la canción donde invitaron a personas previamente seleccionadas del público para tramar un coro final realmente emocionante.
Cerraron la segunda parte con “Castaway Angels” empalmada con “From the Flame” en un momento donde el público ya no podía contener la emoción. Y cerraron la noche de manera totalmente gloriosa, con “Slave”, “Atonement” y parte de “The Sky Is Red”, en una encadenada serie final que culminó en una larga despedida por parte del público, aplaudiendo, silbando y congratulándose de poder haber formado parte de esa explosión emocional con epicentro en la antigua estación de Madrid.
Es sabido que la música tiene múltiples efectos en el ser humano, mayoritariamente positivas. Con la música puedes viajar en el tiempo, puedes perder el control o puedes emocionarte sin remedio. Efectos secundarios que hacen de la música, especialmente de la música en directo, algo mucho más grandioso que simples notas encadenadas. Leprous y su obra es un claro ejemplo de esto tan difícil de explicar en palabras y que es mejor vivir en directo. Eso sí, mi advertencia sería la siguiente: Dejaros contagiar por Leprous con precaución, porque su música provoca cicatrices en el alma.
“And it’s true! it’s all because of you!”











