Bandas: Guilt Trip – Sorcerer – Foreign Hands
Sala: Zorrozako Gaztetxea, Bilbao – Sábado 26 de octubre de 2024
Promotor: HFMN CREW
Texto y Fotos: Oiane Díaz y Álvaro Foronda
El pasado sábado 26 de octubre nos acercábamos hasta el Gaztetxe de Zorroza para disfrutar de una noche que se preveía animada. Sumidos en una gira de prácticamente un mes en la que solo descansarán dos días, los británicos Guilt Trip llegaban a Bilbao dispuestos a repartir buena cera. Teníamos el convencimiento de que, a pesar de no ser una banda considerada como ‘grande’, iba a haber una buena entrada ya que, dentro de su género, está subiendo como la espuma; en gran parte como consecuencia de sus contundentes directos y el simple hecho de haber girado con Sylosis y Malevolence hace relativamente poco, lo que es un gran escaparate para cualquier banda que aún no ha dado el salto definitivo a nivel internacional.
La apertura de puertas, prevista para las ocho de la tarde, se cumplió con puntualidad. Con una llovizna un poco desagradable, la gente se arremolinaba en torno al Gaztetxe para ir pasando poco a poco hasta prácticamente llenar la sala desde el principio: no estaba abarrotada, pero había un buen ambiente. Para las ocho y media, el recinto estaba listo para recibir a los galos Sorcerer. Habíamos tenido ocasión de escuchar su único álbum de estudio publicado hasta la fecha, Devotion, compuesto por ocho cortes, y queríamos comprobar en vivo si sonaban así de bien. Y lo cierto es que nos sorprendieron para mejor aún. Un show súper enérgico, directos a la yugular desde el primer minuto de concierto y que engancha al público. Fue un concierto fugaz; para cuando habíamos entrado en materia, ya estaba acabando, pero nos encantó. Dato a destacar: una audiencia entregadísima, pogos incesantes y tanta intensidad de movimiento que nos llama la atención que nadie saliese lesionado.
Los segundos en llegar a Zorroza fueron Foreign Hands, desde Estados Unidos. La verdad que, tras una escucha de su también único trabajo What’s Left Unsaid, nos había parecido una banda de gran calidad –composición, ejecución, etc.–, algo que confirmaron en su directo. En general, el setlist estuvo compuesto por temas más melódicos que los de Sorcerer y con algo menos de dureza. A pesar de que sonaron muy bien y se esforzaron por lograr una actuación impoluta, les faltó un poco de energía. O quizás es que Sorcerer habían abierto muy duro y eso nos hizo tener una sensación de más calma en Foreign Hands. Sea como fuere, estuvieron a la altura de lo esperado y el concierto se nos pasó en un abrir y cerrar de ojos.
Sin darnos cuenta nos habíamos plantado en la actuación cumbre de la noche: Guilt Trip. A pesar de que estaba previsto que comenzasen a las diez y media de la noche, lo cierto es que para las diez ya tenían el cambio de escenario hecho y, los miembros de la banda, andaban con toda la tranquilidad del mundo tomándose una cervecita en los laterales del stage para hacer algo de tiempo. Finalmente, pasadas las diez y cuarto, decidieron interrumpir esta espera y saltar al escenario, dado que el público había ido creciendo y no tenía mucho sentido esperar hasta la hora prevista. La formación de Manchester pasó de cero a cien en cosa de segundos: una entrada brutal al escenario en la que no faltaron ni los saltos típicos dentro del hardcore. Las luces, bastante tenues, dejaban entrever los rostros de los miembros de la formación, lo que generaba una atmósfera que desprendía cierto misterio. Sin mucho miramiento, comenzaron su descarga de pura adrenalina y temas potentísimos, la mayoría, de su Severance, último disco que están presentando en este tour europeo.
Cortes breves, sin parones y con una puesta en escena llena de fuerza por parte tanto de su vocalista Jay Valentine como del resto de la banda. El público iba acorde a ello, ya que, tema tras tema, no paraban de generarse mosh pits, crowdsurfing e, incluso fans que se subían al escenario para tirarse de nuevo, de cabeza, a la marabunta. Una energía descomunal que es complicado plasmar en unas pocas líneas. Los sencillos se sucedieron a una velocidad vertiginosa y un pestañeo, el concierto estaba ventilado. Poco más de media hora de tralla que se nos pasó volando. En realidad, los asistentes creían que el final del show había sido un simple amago de terminar y que, Guilt Trip tocarían otro par de canciones para cerrar, pero ese cameo de “Davidian” de Machine Head que siempre utilizan para poner el broche final a sus conciertos, nos confirmaba que había acabado la noche.
Nos encantó todo el conjunto: tres conciertos muy muy rápidos, enérgicos y con las bandas y el público muy volcado. Este formato de concierto gusta, y mucho. No da tiempo a cansarse y sabe a poco, siendo esta una manera de lograr enganchar al público para futuras ocasiones.