Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hubiera). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al utilizar el sitio web, usted acepta el uso de cookies.

Hanoi Rocks: El Rock And Roll que vino del frío

Texto: Xavi Martínez – Oscar Saro

No podía ser de otra manera, si el número que tienes en tus manos versa sobre Finlandia no se puede dejar de mentar a la banda que puso a este gélido país en el mapa del rock; Hanoi Rocks. Posiblemente el combo más influyente y popular que ha dado la tierra en la que tuvo lugar la guerra de invierno.

Es posible que a muchos os sea familiar el inquieto Michael Monroe, sus giras por España son habituales, su carrera en solitario prolífica y recomendable y su energía y entrega escénica es ya mítica y agotadora para los que asisten a sus conciertos. Pero mucho antes de todo esto inició su carrera a finales de los setenta junto a otros tipos tan ‘singulares’ como él en su natal Helsinki. Sam Yaffa, Nasty Suicide, Gyp Casino y especialmente el talentoso guitarrista y compositor de canciones (aunque bastante jetas y problemático) Andy McCoy. Y lo que consiguieron no es moco de pavo. Sus principales influencias venían del punk y del hard rock; The Dead Boys, New York Dolls, Stooges, Alice Cooper…Su punk ‘n’ Roll combinado con una imagen glam, excesiva y andrógina un poco a la New York Dolls les hizo destacar en la por entonces paupérrima escena finlandesa. Pero lo suyo no se iba a quedar dentro de las fronteras de su país, ellos pensaban a lo grande, aunque al final sí que es cierto que lo suyo fue más influyente, seminal y de culto que exitoso a nivel comercial. Pero tienen la muesca en su haber de ser la primera banda finlandesa que entró en las listas británicas y japonesas. Quizás en los Estados Unidos no lograron especial popularidad pero por imagen y pureza rockera pillaron por sorpresa a muchos adolescentes americanos que en breve formarían bandas que iban a dar bastante que hablar como por ejemplo Guns’n‘Roses, Mötley Crüe, Skid Row o Poison. Y es que la escena sleaze de Los Angeles no hubiera sido lo mismo sin su presencia. De hecho el siempre
imprevisible Axl Rose compró todo el catálogo musical de Hanoi Rocks para reeditarlo en su propio sello Uzi Suicide, colaboró en la carrera en solitario de Michael Monroe y el vocalista finlandés le devolvió el favor participando en los mastodónticos ‘Use Your Illusion’. También hubo relación con los crápulas de Mötley Crüe, aunque como veremos más adelante la historia tuvo un final bastante trágico.

Hanoi Rocks – Don’t You Ever Leave Me

Su discografía es toda para enmarcar, su debut en 1981 ‘Bangkok Shocks, Saigon Shakes, Hanoi Rocks’ es necesario ser escuchado para comprender el glam, el rock y el punk de principios de los ochenta. Pero a nivel personal faltaba un elemento que lo aglutinara todo, que convirtiera a Hanoi Rocks en una unidad sin fisuras, y ese fue Razzle, que entró como batería en 1982. Un fan de la banda que vio su sueño convertido en realidad, y con el suficiente carisma y empuje para llevar al grupo a cotas más altas. La cosa iba viento en popa y para su quinto álbum de estudio se contó con la producción de Bob Ezrin (Alice Cooper, KISS, Pink Floyd, Lou Reed…). El disco se llamó ‘Two Steps From The Move’ y aparte de ser una bomba hard rockera (también más pulida, todo hay que decirlo) les hizo alcanzar su cota más alta en las listas británicas, con un meritorio puesto veintiocho. También entraron por primera vez en el Billboard estadounidense, pero en muy breve el destino les iba a mostrar su cara más fea. El ocho de diciembre de 1984 Hanoi Rocks estaban de fiesta con sus colegas Mötley Crüe en la casa de Vince Neil, hicieron corto de cerveza y Razzle acompañó a Vince Neil en su deportivo para ir a buscar más suministro alcohólico. En el camino tuvieron un choque con otro vehículo y el bueno de Razzle murió en el acto. Un golpe letal del que no se iban a recuperar a nivel psicológico, cumplieron con algunos compromisos pactados (con Terry Chimes ex batería de The Clash) pero no se veían capacitados para seguir sin el buen colega Razzle. Y decidieron dar por finiquitada su historia. Además lo sucedido inició una enemistad con los miembros de Mötley Crüe, que todavía perdura con muy agrios intercambios de declaraciones. Y es que usando un tópico muy manido, y debido al mortal accidente de tráfico, lo de Hanoi Rocks es una genuina historia de lo que pudo haber sido y no fue. Nunca Finlandia a nivel musical le ha debido tanto a tan sólo cinco tipos.

Hanoi Rocks y Michael Monroe: El Legado

Que el proyecto original como Hanoi Rocks quedara herido de muerte y finiquitado tras la trágica desaparición de Razzle, no significó que los demás miembros no siguieran activos en el mundo de la música. Tres fueron los que siguieron realmente involucrados: Sam Yaffa, Andy McCoy y al que vamos a dedicarles unas líneas que es Michael Monroe. A final de cuentas es quizás el que más repercusión ha tenido. Sin pensárselo dos veces el inquieto frontman inició una carrera en solitario en la que parecía que iba a lograrlo, especialmente con el álbum ‘Not Fakin’ It’ de 1989. Un disco de rock’n’roll sleaze refulgente como un sol que entró en listas americanas, siendo el primer artista en solitario finlandés lográndolo, hasta el gran fan de Hanoi Rocks, Axl Rose tuvo tiempo de hacer una aparición estelar en el vídeo clip de la canción “Shakedown”. Desafortunadamente este pequeño pico de popularidad no fue a más, y el infatigable Michael tuvo que volver a la posición poco gratificante económicamente de artista de culto. Pero aún se guardaba en la recámara un disparo muy certero, que llevaba por nombre Demolition 23, combo que montó con el ex bajista de Hanoi Rocks, Sam Yaffa y que contó con la producción de uno de los componentes con más pedigrí de la E Street Band; Steve Van Zandt. El disco se publicó en 1994 y no creo que exagere un ápice si se afirma que se trata de uno de los mejores álbumes de punk y rock’n’roll publicado en esa década. Una bomba de relojería que tampoco tuvo la repercusión que se le vaticinaba, de hecho para sorpresa de Michael Monroe, Sam Yaffa abandonó la banda, y tras este hecho Michael decidió finiquitar unilateralmente el proyecto.

Demolition 23 – Nothin’s Alright

A partir de ahí Michael Monroe siguió su siempre interesante y enérgica carrera en solitario, aunque siempre a nivel de clubs. Pero en 2001 tuvo lugar un acontecimiento que ninguno de los seguidores de Hanoi Rocks esperábamos; que Michael Monroe y Andy McCoy volvieran a tocar juntos. Primero con el nombre de Hanoi Revisited y luego utilizando ya Hanoi Rocks. Publicaron tres LP’s; ‘Twelve Shots on The Rocks’ (2002), ‘Another Hostile Take Over’ (2005) y ‘Street Poetry’ (2007). Dignos de llevar el nombre que aparece en la portada, pero que no reverdecían sus viejos laureles ochenteros. En 2009 la pareja (o The Muddy Twins para los amigos) deciden acabar de nuevo con la historia, argumentando bastante honradamente que no se veían capaces de llevar al combo más allá de donde lo habían logrado. Aunque al menos esta reunión sirvió para que en España los pudiéramos ver más de una vez en nuestros escenarios, y comprobar de primera mano que su directo era enérgico y a prueba de bombas. A partir de aquí Michael Monroe retomó su senda en solitario girando y publicando discos con bastante regularidad hasta estos días. Aunque por en medio sucedió una reunión de Demolition 23, recibida (ésta vez sí) como maná de los cielos, y una puntual reagrupación de Hanoi Rocks con todos los miembros vivos para celebrar el sesenta cumpleaños de Michael Monroe en 2022.

No está nada mal para un grupo de colegas de la fría Helsinki todo lo logrado a lo largo de todos estos años. Han dejado su huella indeleble en el mundo del rock y lograron que muchos prestáramos atención a nivel musical a un país tan desconocido, gélido y lejano como Finlandia. La próxima vez que penséis en esa tierra, nunca olvidéis que fueron Hanoi Rocks los que al menos a nivel rock la pusieron en el mapa.

Aunque ya hemos hablado un poquito sobre el carismático vocalista, no está de más añadir a esta retrospectiva algunos datos más para acabar de entender su figura en toda su magnitud. “Yo de mayor seré una estrella del Rock’n’roll”, es una frase que todo adolescente amante del rock ha dicho alguna vez, soñando en voz alta. Posiblemente, es algo parecido a lo que exclamó Michael Monroe, nacido Matti Antero Kristian Fagerholm, el 17 de junio de 1962, cuando vio por la televisión un directo de Black Sabbath en París. La experiencia la cuenta él mismo en su biografía y tuvo lugar cuando tan solo tenía ocho años (1970). Pero sus reacciones no se limitaron a un simple sueño de adolescente. Monroe se entregó en cuerpo y alma a ser una estrella del rock. Y vaya si lo consiguió. A la historia nos remitimos.

Después de unos primeros años en los que fue buscando su identidad musical, cantando y tocando el saxo, su carrera musical despegó cuando cofundó Hanoi Rocks en 1979 junto a Andy McCoy. (Para conocer todos los detalles de Hanoi Rocks os emplazamos al artículo dedicada a esta banda histórica). El trágico accidente automovilístico de 1984 que resultó en la muerte del baterista de la banda, Nicholas “Razzle” Dingley, derivó en el final de la primera etapa del grupo, en 1985. Era un momento de cambio de etapa y Monroe lo aprovechó para marcharse a vivir a Nueva York e iniciar su carrera en solitario. Allí se juntó con almas descarriadas como Stiv Bators y Johnny Thunders, y lanzó su primer álbum en solitario, “Nights Are So Long” (1987). Un trabajo dedicado a Razzle, con tres canciones propias y siete versiones. Allí también cocinó, juntó con un grupo numeroso de colaboradores, su segundo trabajo “Not Fakin’ It” (1989), en el que aumentó el número de temas originales y con el que obtuvo un éxito comercial destacable que lo catapultó a un camino en solitario prometedor. Después de unos años viviendo intensamente, volvió a Europa para grabar sus dos siguientes trabajos: “Peace of Mind” (1996) y “Life Gets You Dirty” (1999), pero esta vez ya trabajó con los mejores estudios del momento (Finnvox, Redwood o SPV GmbH). Así llego al 2001, momento en que decidió reformar Hanoi Rocks, junto a Andy McCoy.

La banda lanzó varios álbumes antes de separarse nuevamente en 2009 (Ver también artículo sobre Hanoi Rocks). Durante ese periodo, Monroe no interrumpió su trabajo en solitario y editó dos trabajos más: “Take Them And Break Them” (2002), lanzado exclusivamente en Japón, y “Whatcha Want” (2003). Con el final definitivo de su banda madre, Monroe volvió a centrarse en su carrera en solitario, y estabilizar su banda: The Michael Monroe Band, acompañado de músicos como Steve Conte (ex guitarrista de la New York Dolls) y Sami Yaffa, un antiguo miembro de Hanoi Rocks. Juntos, saludaron al mundo con el directo “Another Night in the Sun: Live in Helsinki” (2010) y publicaron un nuevo trabajo de estudio “Sensory Overdrive” (2011), que fue bien recibido tanto por la crítica como por los fans.

Con esta banda más estabilizada, y ya siendo una estrella mundialmente conocida, Monroe ha llegado a publicar cuatro trabajos más hasta la fecha: “Horns and Halos” (2013), “Blackout States” (2015), “One Man Gang” (2019) y “I Live Too Fast to Die Young!” (2022). En ellos no ha inventado nada nuevo, pero se ha mantenido vivo y activo en la escena actual. Verlo en directo continúa siendo una inyección de adrenalina que todo amante del rock tiene que experimentar alguna vez. Cuando escribimos esta crónica, Michael Monroe tiene ya sesenta y dos años y podemos decir que ha cumplido con creces su promesa de ser una estrella del rock. A lo largo todos estos años, ha sido conocido por su dedicación al rock auténtico, manteniéndose fiel a sus raíces glam y punk. Su estilo distintivo de interpretación, que combina una energía desenfrenada con un carisma magnético, le ha permitido mantener una imagen de autenticidad y pasión por la música. Además de su carrera musical, Monroe también ha sido una figura icónica en la moda del rock, con su imagen andrógina y extravagante que ha inspirado a numerosas generaciones de músicos, especialmente dentro del glam. Sin embargo, la historia no parece haber llegado a su fin. Michael Monroe parece que todavía tiene música que compartirnos y energía que contagiarnos.

Michael Monroe – Last Train To Tokyo

Michael Monroe Redux – Discografía

  • Nights Are So Long (1987)
  • Not Fakin’ It (1989)
  • Jerusalem Slim (1992) Banda
  • Demolition 23 (1994) Banda
  • Peace of Mind (1996)
  • Life Gets You Dirty (1999)
  • Take Them and Break Them (2002)
  • Whatcha Want (2003)
  • Another Night in the Sun: Live in Helsinki
    (2010)
  • Sensory Overdrive (2011)
  • Horns and Halos (2013)
  • Blackout States (2015)
  • One Man Gang (2019)
  • I Live Too Fast to Die Young! (2022)
By Oscar Saro

Me falta tiempo para hacer todo lo gue me gusta. Adicto al rock en directo, metalhead, enamorado de la montaña, apasionado de la ciencia ficción y con cerebro de programador desde que un Spectrum entró en casa. Fundador de Sudando Rock (@sudandorockcom)

Artículos relacionados