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La Inteligencia Artificial remueve los cimientos de la industria musical.

Texto: Rubén Rosinos

La música, sea en la vertiente que sea, educación musical, creación musical, producción y comercialización, se encuentra estrechamente relacionada con la evolución tecnológica. En el último tercio del siglo XX con la entrada de la era digital el mundo de la música se subió a la nueva ola tecnologica. La aparición y uso del microchip a finales de los 70, el nacimiento del disco compacto o los formatos no físicos de difusión en la red, por ejemplo el archivo mp3, son algunas de las novedades tecnológicas que nos han sobrevenido a lo largo de los años.

 Así mismo esta renovación tecnológica se hizo presente en los estudios de grabación, o los escenarios donde equipos más compactos coexistían o sustituían a sus antiguos hermanos mayores analógicos. A principios del siglo XXI y con la evolución de este hardware digital dio pie a la llegada de la era de la Inteligencia Artificial. No entraremos en teorías apocalípticas ni catastrofistas, dando un punto de vista neutro. Mucha tinta y polémica rodea los usos de esta tecnología, como el miedo a que muchos puestos de trabajo dentro de la industria desaparezcan.

La inteligencia artificial se puede definir de una forma simplificadas como la rama de la informática que crea programas informáticos que emulen o imiten la mente humana. Tanto como toma de decisiones, aprendizaje o creación de contenido. En este articulo introduciremos en que ha cambiado el mundo de la música con esta tecnología, sus aplicaciones en diferentes campos y sus implicaciones legales y éticas.

Uno de los primeros campos dentro de la industria musical donde se impuso el uso de la inteligencia artificial corresponde a las plataformas de Streaming.  Por ejemplo, las mayores plataformas de difusión en línea actual, Spotify y Apple Music, utiliza algoritmos de Machine Learning. El machine learning, engloba aquellos programas o algoritmos que aprenden a partir de nuestras consultas y elecciones dentro de la plataforma. El resultado son recomendaciones ajustadas a nuestro gusto, en artistas y en listas de reproducción.

¿Cómo se consigue esto? Por un lado, el análisis de las pistas en bruto en busca de sus similitudes, analizando los metadatos dentro de esas pistas así como la interacción y reacción dentro de redes sociales o blogs por parte de los usuarios. Pero si nos adentramos un poco en los servicios que nos ofrecen estas plataformas nos fijamos que el marketing musical no solo se aplica a la distribución de música en si o del artista. Nos encontramos recomendación de conciertos, festivales o eventos relacionados cerca de nuestra ubicación y que nos podrían interesar. Así a la campaña de publicidad de dichos eventos se ve incrementada sin invertir por ejemplo en la clásica cartelería.

En el proceso de masterización de las pistas, el uso de la inteligencia artificial ha aumentado, con plataformas como Moisés o software Ozone 11, que permiten a jóvenes artistas emergentes mostrar su obra con una mínima calidad, sin empeñar las joyas de la abuela para pagar un estudio y un productor. Esos sistemas nos brindan la automatización del proceso de mezcla y de masterizado. Incluso Ozone 11 nos brinda la opción de usar una canción ya masterizada y que el mismo software imite el estilo de resultado. Esto último, al igual de como aprenden las inteligencias artificiales a hacer ese trabajo conlleva una serie de implicaciones éticas y legales que comentaremos más adelante.

Si nos adentrados dentro de los procesos de composición y de producción musical los ejemplos del uso de la IA aumenta. Muchas plataformas o sistemas permiten el uso de una inteligencia artificial creativa para la generación de melodías, armonías y acordes siguiendo las necesidades del compositor. Pero aquí hay que puntualizar que, al igual que podemos encontrar plataformas como Sumo IA, Loudly , Amper Music o AIVA, en sus versiones gratuitas, se muestran con un carácter meramente lúdico permitiendo a cualquier profano de la música crear fragmentos de canciones. Pero podemos toparnos con versiones profesionales de estos mismo, con algoritmos potenciados dedicados a verdaderos profesionales de la industria. Se especializan en la generación de pistas armonizadas automáticamente sobre la línea melódica original propuesta por el compositor, así facilitan el trabajo y siendo más productivo. Programas como Ez Drummer 3 de la compañía Toontack  o ya desde sus primeras ediciones del DAW (“digital audio workstation” o en castellano “plataforma de trabajo digital”) de Apple, Garaje Band, incluyen un sistema de inteligencia artificial que te sugiere ritmos de batería para usar sobre tus composiciones.

Si seguimos con estos sistemas de análisis, asimilación de grandes cantidades de datos, nos topamos con otro tipo de aplicación, como es el aislado de pistas por frecuencias y limpieza de ruidos. En una entrevista para la prestigiosa publicación Rolling Stone, dos representantes de ONErpm México nos presentan como su propia empresa está desarrollando un sistema con ese fin. Un trabajo arduo de muchas horas y complicado para un equipo de técnicos se ve reducido con el uso de la inteligencia artificial.

Otro uso dentro del sistema de aprendizaje es el De-mix. Esta técnica ha sido empleada para recuperar la voz de John Lennon, de una grabación casera de 1979 y ha permitido que sus antiguos compañeros Ringo Star y Paul McCartney publiquen una nueva canción de The Beatles en 2023. Cuarenta y tres años después del asesinato de Lennon se publica “Now and Then”, siendo un acontecimiento histórico que levantó no pocas controversias y dudas. En palabras del mismo McCartney en tweeter  intentaba acallar esas dudas y controversias: “No puedo decir demasiado en esta etapa, pero para ser claros, nada ha sido creado artificial o sintéticamente. Todo es real y todos tocamos en ello. Hemos limpiado unas grabaciones ya existentes, un proceso que ha durado años”. Imaginemos poder recuperar grabaciones de Ronnie James Dio o algunas pistas inéditas del maestro Randy Rhoads para que vuelvan a la vida.

Pero ya esta incursión no se limita al estudio de grabación. Ya se está apoderando de los escenarios también. Por ejemplo, el uso de inteligencia artificial creativa, de cara a defender los derechos de autor y la propiedad intelectual. Casos de bandas que presentaban una imagen para su fondo de escenario y está sujeta a derechos de autor avisando de ello y generando una imagen nueva in situ para evitar esta violación de la propiedad intelectual.

Otro ejemplo muy reciente es la aplicación de inteligencia artificial en la última pedalera digital presentada por la empresa Mooer, en el Namm 2024 y que ya se encuentra comercializada.  Esta incorpora un algoritmo de inteligencia artificial que analiza el estilo y la forma de tocar del guitarrista y da una serie de recomendaciones sobre la ecualizaciones y ajustes del sonido de forma personalizada. A diferencia de otros ejemplos citados aún no he tenido la oportunidad de experimentar de primera mano este nuevo “juguete tecnológico” y no puedo profundizar mucho sobre ello.

Llegamos al punto más polémico, el marco legal y el uso ético de estas herramientas.  Muchos miedos a incertidumbres surgen al intentar incluir la Inteligencia artificial dentro de un marco legal. Si bien existe una legislación a nivel europeo para en desarrollo controlado y responsable de esta tecnología, no contamos una reglamentación en base a su uso creativo o de propiedad intelectual. Sobre estos temas surgen una serie de dudas y preguntas en las siguientes cuestiones:

  • La aplicación o pertenencia de los dereches de autor de las obras generadas por inteligencias artificiales creativas, ¿pertenecen a usuario de IA o al creador de esta?
  • En el uso masivo de datos para entrenar estas inteligencias, Machine learning, Deep Learning o Big Data, estos datos se bajan en el trabajo de artistas o productores de los aprende dicha. Con lo cual se ha de respetar esa propiedad intelectual para su uso en el aprendizaje.

En la actualidad legal de España no contamos con una legislación actualizada sobre el uso de la inteligencia artificial o a que quien pertenecen los derechos de autor en su uso. Según el actual real decreto 1/1996 sobre la propiedad intelectual nombra autor a “al creador natural de la obra sea literaria, artística o científica”. Dejando un vacío legal en el uso de inteligencias artificiales generativas o el uso de contenido original para el proceso de adiestramiento de estos algoritmos artificiales, aunque por ahora solo un ser humano puede ser autor de una obra.

Aun así, en la publicación de ministerio de cultura de febrero de este año se informa de la creación de una nueva oficina que tratara estos temas, citando la publicación “La iniciativa responde a los desafíos que plantea la IA en cuanto a la defensa del derecho que los creadores tienen a ser remunerados por su trabajo, en línea con el compromiso con la defensa de los derechos laborales que para el Ministerio de Cultura implica el despliegue del Estatuto del Artista. Así, uno de sus principales objetivos será el análisis del impacto de la IA en el sector cultural para poder revisar el marco jurídico y realizar los cambios pertinentes.”

Si salimos del nuestro ámbito nacional, el planteamiento sobre este tema legal es muy variopinto desde el tema legal o la entrega de premio. Las declaraciones de Harvey Mason Jr., director de la Recording Academy encargada de nominar y otorgar los premios Grammy a Los Ángeles Times, Este es el encabezado sencillo: La IA, o la música que contiene elementos creados por la IA, es absolutamente elegible para participar y ser considerada para la nominación al Grammy. Punto” agregando, “Pero lo que va a pasar es que no le vamos a dar un Grammy o una nominación al Grammy a la porción de IA”.

En resumen, se valora la parte humana de las producciones musicales, pero no se valorará ni premiará las partes generadas por IA. Por ejemplo, una canción cuya letra este generada por inteligencia artificial no podrá ser nominada ni premiada a mejor composición.

Si bien he podido probar varias de estas tecnologías de cara a documentar este artículo, el resultado ha sido muy promedio. La inteligencia artificial siempre genera unos patrones basados en sus datos y la media de los gustos de las personas. Aunque puede generar melodías y letras a gusto del público masivo, es repetitiva y aburrida, sin nada que haga resaltar por la genialidad.

Recientemente antes de terminar este articulo me encontré conversando del tema con un musico profesional y me planteo una serie de puntos de vista sobre la creación musical. Puede que ese algoritmo componga correctamente en base a lo aprendido y a teoría musical, pero donde está el alma, lo que te inspira a crear esa canción. El estado de ánimo del autor o que quiere trasmitir con su obra. El uso de herramientas basadas en inteligencia artificial en temas de producción, masterizado o pulir detalles como la ecualización o limpieza de ruidos, son eso herramientas.

Dejaremos las implicaciones éticas y morales a cada cual, ya que al igual que las emociones son intrínsecas de los seres humanos y por el momento no hay programa informático que las pueda generar, tan solo emular. Otro punto dentro del tema es el impacto ambiental que puede generar el uso de estos programas, que cada vez demandan equipos más potentes y mayor gasto energético.  La revolución de la inteligencia artificial dentro de la industria musical no plantea ningún peligro como podemos pensar, sino que la está reconvirtiendo y haciendo más accesible al público. El futuro es incierto de hasta qué punto puede llegar este cambio, pero la verdad vivimos tiempos emocionantes.

By Redacción Metal Hammer

Metal Hammer és una marca legendaria en toda Europa en cuanto a la difusión de la escena del hard rock y heavy metal. El primer número de la revista se editó en diciembre de 1987.

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