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Recordamos el paso de Bruce Springsteen por Barcelona

Springsteen

Banda: Bruce Springsteen
Lugar: Estadi Olímpic Lluís Companys (Barcelona) – 22 de junio de 2024
Promotor: Doctor Music
Fotos: Quico Gras (Sudando Rock)
Texto: Òscar Saro y Gerard Gras (Sudando Rock)

Bruce Springsteen se vuelve a entregar en cuerpo y alma al público de Barcelona

Parece como si Bruce Sprinsgteen no supiera mostrar su música en directo si no es entregándose en cuerpo y alma a su público. Hace ya mucho tiempo que el Boss no concibe los conciertos de otra manera y, toque donde toque, parece como si tuviera una gran deuda que pagar con su gente, como si fuera el último concierto de su vida. Así ha sido siempre desde que lo podemos recordar y así parece que está volviendo a ser en su última gira, Springsteen & E Street Band 2024 World Tour. En España la gira recaló, durante el mes de junio, en cinco momentos para recordar, tres en Madrid y dos en Barcelona.

El Bruce Sprinsgteen que llegaba a Barcelona tiene setenta y cuatro años y una trayectoria musical de más de medio siglo, en la que lo hemos visto sintetizar mejor que nadie los sueños y las luchas de la clase trabajadora en Estados Unidos. País que le vio nacer para correr, para mostrarle a Elvis Presley en la televisión y para no parar hasta ser una estrella del rock. Transitando por el largo rio que ha sido su carrera musical, acercándose en muchos momentos a la música popular americana que surgió a partir de la música que trajeron inmigrantes como sus padres, el Boss ha dejado para la historia del rock una larga lista de clásicos memorables. Canciones con las que nos demostró que se puede hacer poesía sobre la vida de los que trabajan en una refinería o en una autopista, o sobre los que obligaron a luchar a Vietnam. Clásicos que, por encima de todo, podemos escuchar y gozar en directo en cualquiera de esos días gloriosos que el de New Jersey decida visitar nuestra ciudad.

El equipo de Metal Hammer nos desplazamos el 22 de junio al Estadi Olímpic de Barcelona, para vivir en nuestras carnes uno de esos grandes días de gloria que solo Bruce Sprinsgteen es capaz de ofrecer en directo.

Las puertas del estadio estaban abiertas desde las 18:00 de la tarde y, a medida que se fue llenando, fue creciendo la temperatura ambiente. Las gradas llenas hicieron nacer olas en el público, que nos entretuvieron durante un buen rato. Puntualmente, detectamos movimiento en la parte trasera del escenario y, acompañados de los gritos de bienvenida por parte del respetable, los miembros de la E Street Band fueron subiendo el escenario, siendo el Boss el último en hacer acto de presencia y viéndose aumentado el griterío en una calurosa bienvenida. Tras tomar posiciones, nos saludó hasta tres veces con su típica bienvenida en catalán: “Hola Barcelona! Com esteu?”, y arrancó el concierto con la fórmula marca de la casa: “One, two… One, two, three, for!”. Así se inició un concierto apoteósico de tres horas seguidas, sin interrupciones, en el que pudimos gozar de treinta y una canciones.

El show arrancó con «My Love Will Not Let You Down» y un público con ganas de cantarlo todo. Siguieron con «Lonesome Day» donde vimos a Soozie Tyrell participar con su violín, y con «Ghosts», donde Sprinsgteen bajó por primera vez las escaleras para acercarse a cantar con la gente.

«Darlington County» arrancó con un guiño a “Honky Tonk Women” (Rolling Stones) y nos mostró la típica estampa del Boss cantando con las dos manos en el micro y la strato en la espalda. El tema sirvió para acercarse de nuevo al público, sentarse en la baranda y saludar a varios niños. Cambiando de guitarra, usó una acústica para empezar él solo «Working on the Highway».

La primera sorpresa de la noche llegó con «Radio Nowhere», donde pudimos ver en la batería a Jay Weinberg (ex baterista de Slipknot e hijo del baterista oficial, Max Weinberg), que tocó con un estilo poderoso, ocupando de manera brillante el asiento de su padre.

Con la balada «Atlantic City» el estadio se llenó de luces y en “Reason to Believe” vimos una introducción con la armónica, acompañado únicamente de Steven Van Zandt. En “The Promised Land” también tocó la armónica y bajó al foso para intercambiarla por la trompeta de juguete de una niña del público.

“Spirit in the Night” se inició con coros góspel, para volver a bajar al público y cantar con la gente. Regresando al escenario, lo vimos sentarse en la escalera acompañado del saxo de Jake Clemons. Y con «Waiting on a Sunny Day» vivimos un nuevo momento emocionante, cuando le cedió el micrófono a una niña que entonó la canción a la perfección, llevándose una gran ovación del público.

Y así llegamos al gran clásico «The River» con la que todo el estadio se iluminó con las linternas de los móviles y donde todo el mundo cantó y se sumergió en ese rio. ¡Momentazo!

Continuamos con «Racing in the Street», que nos dejó un momento para el lucimiento del pianista Charles Giordano, seguida de «Nightshift» (cover de The Commodores), en la que se nos mostró el increíble talento de los coristas de la E Street Band.

Y llegamos al ecuador del concierto con » Last Man Standing», una potente balada que cantó con la acústica y en la que nos relató la emocionante historia de ser el último superviviente de su primer grupo de música. En las pantallas vimos la letra subtitulada en catalán.

La energía volvió a subir con la interpretación de «Backstreets» y en «Because the Night» vimos a todo el público cantar y a Nils Lofgren marcarse un solo de guitarra, usando un poderoso fingerpicking.

La gente saltó y cantó al ritmo de «She’s the One», donde le vimos compartir el micro con Van Zandt, para continuar bajando al público con la armónica, que acabó regalando a un afortunado. Y continuó introduciendo «Wrecking Ball» con un solo de guitarra, para acabar pidiendo a la gente que cantara “Més alt!”.

Continuamos con “The Rising”, donde volvimos a notar a los coristas y donde vimos a Lofgren usar el slide. Y con “Badlands”, en la destacó la segunda voz de Van Zandt, donde el Boss se volvió a atrever con un solo de guitarra y donde nuevamente el público coreó la melodía.

Y con un «Thunder Road» introducido con armónica, sonó uno de nuestros temas preferidos del Boss y la piel se nos erizó irremediablemente. Escuchamos ese pasaje tan conocido del saxo, mientras volvió a bajar a saludar al público y así llegamos al final de la primera parte del concierto.

Se retomó el concierto con las luces del estadio encendidas, para no apagarlas hasta el tema final. Ante un público totalmente entregado, arrancaron una serie de clásicos que desbordaron la locura general: un «Born in the USA» que todo el mundo coreó, un “Born to Run”, donde vimos al estadio convertirse en un mar de manos alzadas, gestos que se repitieron y aumentaron con “Bobby Jean”.

Así llegamos a un “Dancing in the Dark”, que fue una gran fiesta, con todo el público cantando y que sirvió para presentar a todos los músicos de la «The heart-stopping, pants-dropping, hard-rocking, booty-shaking, love-making, earth-quaking, viagra-taking, justifying, death-defying, legendary E Street Band«. La banda se llevó una auténtica ovación, digna de la actuación que nos regalaron durante todo el concierto.

Siguiendo los homenajes, con «Tenth Avenue Freeze-Out» se proyectaron por las pantallas imágenes de la historia de la banda. Por allí vimos asomar a los ya fallecidos Clarence Demons y Danny Federici. Y el primer bis llegó a su fin con un cover de «Twist and Shout», que alargaron hasta la locura.

Y así llegamos a la gran explosión final con el segundo bis, donde el Boss preguntó a los asistentes si tenían ganas de más y, entre gritos afirmativos, subieron los decibelios con los primeros acordes de «Glory Days». Una canción que hizo saltar y cantar a todo el estadio y que, sin duda, fue uno de los momentos más intensos de todo el concierto.

Con esta explosión final, nos recordó varias veces que “Us estimem!” y se despidió de la banda uno a uno, agradeciéndoles todo su esfuerzo y entre aplausos del público.

No se nos ocurre una mejor manera de acabar el concierto que con “I’ll See You in My Dreams” y un Sprinsgteen en estado puro. Las luces apagadas, él solo con la acústica y la letra subtitulada en las pantallas para compartirnos ese homenaje emotivo y lleno de cariño hacia sus amigos y compañeros de toda la vida.

La fuerza intimista de este último tema provocó el silencio por primera vez en toda la noche, hasta que las casi 60.000 personas allí presentes explotamos en una auténtica ovación, para agradecer a Bruce Sprinsgteen el haber iluminado de nuevo Barcelona con su incomparable explosión de energía.

Desalojando el recinto con paciencia y con la emoción todavía a flor de piel, comentamos entre amigos y cercanos detalles del memorable directo que habíamos presenciado, porque más de tres horas de concierto dan para muchas cosas. Pero, sobre todo, nos sentimos afortunados de haber podido gozar en directo de la enésima explosión de vida de Bruce Sprinsgteen.

By Oscar Saro

Me falta tiempo para hacer todo lo gue me gusta. Adicto al rock en directo, metalhead, enamorado de la montaña, apasionado de la ciencia ficción y con cerebro de programador desde que un Spectrum entró en casa. Fundador de Sudando Rock (@sudandorockcom)

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