Bandas: Vandenberg
Lugar: Razzmatazz 2 – Barcelona – 21 de septiembre de 2024
Promotor: RM Concerts
Fotos: Marga Pacheco
Texto: Xavi Martínez
Primera visita en solitario (si la memoria no me falla) de Mr. Adrian Vandenberg con su banda homónima. Y no estuvo nada mal la afluencia de público para tratarse de un día desapacible y lluvioso. Sin acto previo y con un pelín de retraso sobre la hora programada el cuarteto salió al escenario con “Hit The Ground Running”, a la postre la única canción que interpretarían de su más reciente “Sin”. Y sería ya la segunda canción; la inmortal “Fool For Your Loving” de Whitesnake la que pondría las cosas en su sitio en lo que sería la tónica general del concierto.
Mucho material de los años de Adrian en la Serpiente Blanca y pocos recuerdos a su carrera como Vandenberg. Y ahí es donde radicó uno de los problemas del recital.
El ínclito David Coverdale desborda carisma en el escenario como sensualidad al cantar a borbotones, y el vocalista Mats Leven –a pesar de su solvencia como cantante y de su pedigrí dentro de la escena hard & heavy europea- está muy lejos de la solera y prestancia del ex Deep Purple, y eso marca un hecho bastante diferencial cuando se interpretan canciones como “Criying In The Rain” o “Give Me All Your Love”.
Por supuesto esto no quita que fueran acometidas con una profesionalidad y solvencia intachables. El que estuvo perfectamente a la altura fue el protagonista de la velada; Adrian Vandenberg. Presentó un aspecto físico envidiable, muchas ganas de gustar y manteniendo en perfecto estado su espectacular pero a la vez sobria digitación. Y aquí también radica otro de los problemas del concierto, si Adrian demuestra y retiene la clase y altura de miras que le llevaron a conseguir y asentar su posición en Whitesnake durante más de una década, no se puede decir lo mismo de sus acompañantes actuales. Buenos músicos, muy capaces pero faltos de ese ‘algo más’ que hace que todas las miradas se vayan hacia el bueno de Adrian Vandenberg.
Aun así y con estas rémoras el concierto fluyó bien, y la banda salió a trabajar y arrimar el hombro. Buenos momentos cuando se recuperaron pequeños clásicos como “Wait” o “Your Love Is In Vain”, y también cuando vocalista y guitarrista se quedaron solos para encarar una inesperada, emotiva y muy bien ejecutada “Sailing Ships“. El tiempo apremiaba, ya que misteriosamente el concierto sólo duró setenta y cinco minutos, y encararon la recta final con la power ballad por excelencia de Vandenberg que es “Burning Heart”, y las esperadas “Still Of The Night” y “Here I Go Again”. Que aunque fueron bien recibidas y coreadas, y se ejecutaron con solvencia sonaron deslucidas y con poco lustre por los motivos comentados un poco más arriba.
Fue muy bonito reencontrarse con un Adrian Vandenberg en tan buena forma y tan vistoso. Pero también debería replantearse algunas cosas en sus actuales presentaciones en directo. Su figura y su repertorio se merecen algo con más solera y altura de miras.