Discográfica:
Independiente
Fecha de edición:
1 de marzo de 2024
Componentes:
Mike Della Bella – Compositor, producción, grabación
Daniele Trissati – Guitarras, arreglos
Mauro Scardini – Teclados, arreglos
Cuando la música abate fronteras generacionales y geográficas, globaliza una sensación de atemporalidad a la que pocos mortales tienen acceso tan siquiera a anhelar. En demasiadas ocasiones, por culpa de la pertinaz ignorancia camuflada tras estériles etiquetas de convicción ajena, la tendencia a alejar parámetros estilísticos equidistantes, a pesar de mantener honorablemente sus características definitorias, nos ahuyenta de un propósito tan natural como el apareamiento de contrastes. La temprana formación multidisciplinar de Mike Della Bella en su faceta instrumental le proporciona una ventaja compositiva, como director de su privativo sueño, que se antoja especialmente bella y transgresora. No manipulo este término a la ligera, aunque pueda sonar altivo, pero la razón para que recurra a él es que el artista de la Urbs, la capital de la región del Lacio y de la fogosa Italia, juega también con la ventaja que le otorgan los centenares de músicos empecinados en definirse concretamente como calcos de una guía supuestamente inamovible. Pocos parecen reparar en que la heroicidad composicional consistió, en los años dorados del entramado mercantil musical, precisamente, en un mestizaje adiestrado, esquivo a la fórmula unidireccional de apartado que secaron definitivamente los lustrosos pechos de Luperca, aquellos que antaño nutrían a los “Rómulos y Remos” rotundos. Quizás el bastardo dinero traducido a necio fanatismo acune y mantenga durante equis tiempo a la metrópolis de los clones, pero el ácrono imperio de las emociones será erigido en su sucesivo ciclo por el paciente, el preciso, el cauteloso, el sabio; uno de los predestinados encabeza con su nombre este texto.
“The Man With The Red Shoes”
Si bien Michele recogió grandes frutos tras el lanzamiento en 2019 de su primogénito “One” especialmente en España y Japón, en su esperado regreso ha hecho balance más de sus defectos que de sus virtudes, innatas, y apoyándose nuevamente en Daniele Trissati (guitarras) y Mauro Scardini (teclados) en sus enfoques solistas y como núcleo decorador, ha conseguido desarrollar una labor de escritura e instrumentación de élite. Para lograr semejante empresa ha reforzado sus filas con un lienzo de astros internacionales comandados por una selección privativa que se desmarca de cualquier competición galáctica. De esta guisa los diez temas que conforman este disco consiguen implosionar íntimamente y explotar hasta el éxtasis a capricho de una orfebrería musical ubicada en algún lugar idílico entre el Westcoast, el Rock melódico, la quintaesencia del AOR y el duende de su abolengo latino, apropiándose capciosamente, además, de sabores Jazz, Blues, Soul e incluso del Rhythm & Blues y Góspel de los años cincuenta y sesenta. Un “Big-Bang” creativo que eclosiona para desconcertar con su beldad atípica.
Podríamos dividir el disco por sus vocalistas principales siendo éste el orden que no alteraría, para nada, el producto tal y como está concebido.
Robbie LaBlanc (Blanc Faces, Find Me). Afronta sus tareas, mimetizándose magistralmente con el entorno al que se ve expuesto en “Far from Over” donde Toto y Chicago (reflejados en la lustrosa sección de vientos de 504 Horns y una colección de notas de piano que delinquen en la sustracción de la conciencia) se entrelazan con cierto acento Santana en un final instrumental frenético, temperamentalmente percusivo, tras haber desplegado unos estribillos acaparadores. Nathan East (Joe Satriani, Eric Clapton, Phil Collins) al bajo y J-Rod Sullivan (The Temptations, Smokie Robinson) a la batería. Nada más que añadir su señoría.
Repite el señor LaBlanc en “Gifts of Life” (¡menudo solo de guitarra de Daniele!), más acorde a su orientación AOR clásica, desbordando frenesí en sus cuerdas vocales sin acaparar todo el protagonismo, con premeditación para buena parte de él a las labores corales mixtas dignas de las producciones grandilocuentes del Pop de finales de los ochenta. Shannon Forrest (Michael McDonald, Don Henley) a la batería, sorpresa mayúscula. En esta índole un inalcanzable, para el noventa por ciento de intérpretes del género, “If The Darkest Night” de vistosos teclados y embriagadoras atmósferas, nuevamente con Forrest y correspondido en elegancia por un solo de seis cuerdas del virtuoso Fran Alonso (Hackers, Krull). Para despedirse sombrero alzado en mano y con paso triunfal, exultante de optimismo, deja patente en “Affinity” que nada está abandonado al azar; Westcoast de apellido “Jarreau” y casta “Smooth Jazz” para estrofas acompañadas de majestuosas guitarras eléctricas, limpias y solistas (estas últimas encargadas a Peter Friestedt acompañante de David Foster, del tristemente fenecido Fergie Fredriksen y actualmente en CWF) que se funden a las mil maravillas con un estribillo más estandarizado.
MaShanda Favors (G Girls). Su impronta es imposible que pase desapercibida tanto por el color de su voz como por el calor de su timbre. “Nothing I wouldn´t Do” hubiese entrado en el catálogo preferente de una Donna Summer más versada en el Funk que en la música Disco para, con el amplio recreo de coros, cambios de modulación y sudor “Flashdance” ochentero, desatar después las envidias de la Miami Sound Machine de una Gloria Stefan en la cumbre. Su aportación, sensacional y adictiva, se extingue con “Surrender”, todo un amalgama de sonoridades que bien podría definir por completo a este increíble disco: Del Jazz, Funk, Pop, Soul al más valorado Aor con un estribillo de infarto. Las guitarras de Trissati son insuperables aunque un Nathan East desbocado se lo ponga complicado.
Naná Petrossi. La que fuera la voz del primer disco del proyecto de Mike se ganó hábilmente su puesto para volver a dejarnos hipnotizados con su potencia y sensibilidad, balanceadas a partes iguales, en esta apasionante segunda parte. “Shelter You”, cuyo juego silábico desencadena una sensualidad que se envuelve entre sábanas de Smooth Jazz y Funk, queda perfumada para seducir sin capacidad de réplica con un dulce estribillo simplemente adorable y conmovedor. Will Lee (Michael Bolton, Cher, Steely Dan) al bajo, ojo al dato. “Once in a Lifetime” no es un medio tiempo cualquiera ya que cuenta con unas melodías en las que Naná te apisona el corazón. La solvencia instrumental que se mueve por unas delicadas guitarras “bluesy” en los arreglos no es óbice para que no se filtre el AOR más genuino y que, a mitad del camino, un interludio nostálgico de trompeta nos robe el alma. Tampoco transita inadvertida la balada “To You”, interpretada a dueto con Jesús Espín (91 Suite/Secret) y en aquella, ya casi condenada al ostracismo, vena romántica imperante en la coronación del influjo Diane Warren en los primeros puestos de los “charts” de las “efe emes” mundiales. Por cierto, imperdonable no mencionar la elegante actuación de Daniele a las guitarras por enésima vez. Cierran esta edición con la contagiosa animosidad de “I’d Rather Be a Fool” que incluso me recuerda a aquellos “one hit wonder” llamados Fairground Attraction. “Doo wop”, gomina, suéteres atados al cuello y cubriendo los hombros; toda la parafernalia de un clandestino encuentro “U.S.A.” al albor de una farola ubicada en la esquina principal del barrio, junto a la boca de riego donde, de repente, se añade al jaleo vecinal el rugido de un Cadillac Fleetwood Sixty Special que posa los focos sobre dos figuras inesperadas y bienvenidas: en el “Crooner” St. Paul Peterson (Prince, Peter Frampton) y en el gran Bill Champlin (Chicago, CWF, Jay Graydon) quien nos deja boquiabiertos con un especial solo de órgano.
Conclusión
Amantes del melódico, melómanos en general, si ninguno de los nombres en negrita os llama la atención me doy por vencido, gana la factoría. Pero si hay alguien al que todavía se le remuevan las entrañas, con adulterada e ingenua virginidad, al escuchar este “collage” sonoro edificado sobre la honestidad y el amor a la música en sí misma, solo entonces, aún quedará esperanza para que el Rock ice su bandera una vez más por encima del oscuro océano de la impersonalidad. Gracias Mike Della Bella, hoy el mundo es un poco más hermoso.
Temas:
1.Far from Over
2.Gifts of Life
3.Shelter Me
4.Nothing I would´t Do
5.If the Darkest Night
6.Affinitty
7.Once in a Lifetime
8.Surrender
9.To You
10.I´d Rather be a Fool