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The Pineapple Thief “progresea” adecuadamente y sube a otro nivel en Barcelona

Bandas: The Pineapple Thief + Randy McStine
Lugar: Sala Apolo 2 (Barcelona) – 01 de marzo de 2024
Promotor: Madness Live
Fotos: Alfredo M. Geisse

¿Lo han conseguido? ¿Bruce Soord y sus chicos ya pueden considerarse una de las grandes realidades del progresivo actual? A juzgar por el llenazo vivido en la segunda de las Apolo parecería que los ladrones de piñas suben peldaños disco a disco, gira a gira, pero también debemos señalar que había muchos extranjeros entre los presentes en una gran noche en la que el sold out supuso una incomodidad a la hora de ver el concierto en condiciones. Si os gustó el directo de hace dos años en Salamandra, este también fue excelente y con un set vertebrado por su última obra “It Leads to This”.

Randy McStine desnuda su alma con sólo una acústica

Antes del concierto estuvo amenizando en versión reducida (en todos los aspectos) el bueno de Randy McStine, el flamante guitarrista de Porcupine Tree, poseedor de una voz impresionante y armado con su guitarra acústica y unos cuantos efectos. No a todo el mundo le gustó la propuesta, pero canciones como “Before” poseen mucha alma. Ruidos extraños darían paso a “Who to Avoid”, con mucho feeling y belleza bajo luces lilas. Randy tuvo un pequeño parlamento recordándonos que es guitarrista de la banda de Steven Wilson y que es la primera vez que hace una gira en solitario. “Activate” me llegó a recordar a las acústicas de Mr. Big, especialmente por la voz de Randy y en “Big Wave” consiguió que la gente acompañase su música con palmas. Una propuesta no digerible para todos los públicos.

The Pineapple Thief consigue un sold out para el recuerdo

Arrancaron los británicos ante un silencio sepulcral y con un Bruce concentrado vistiendo camiseta roja. Parece ser que no permitió a los fotógrafos que pudieran disparar desde el foso. El sonido ya fue cristalino desde “The Frost” sonando su progresivo emocional a gloria e incluyendo un cambio de guitarra para una de las favoritas de los presentes: “Demons”. Obviamente el grupo suena a gloria, y gran parte de ello es de ese inmenso baterista llamado Gavin Harrison, capaz de adornar y darle mucho vuelo a composiciones como “Put It Right” y la genial “Our Mire”.

Presentaban “It Leads to This”, pero mantienen material de sus dos anteriores obras y algún clásico. Impresiona la concentración del gran bajista Jon Sykes, con esos cascos enormes para seguir el ritmo y dotar de precisión a “Versions of the Truth”, una de las más aplaudidas de la velada. Aquí Bruce agradeció al amigo Randy el hecho de que les haya acompañado en esta gira. En “Dead in the Water” Soord aludió que es del disco en el que Gavin entró en la nave, y un poco fue ese el punto de inflexión en el que todo despega. La gente se quejaba bastante de la sala, que es más una discoteca que una sala de conciertos, con esa barra enorme y esas incómodas columnas que dificultan la visión, pero eso no fue impedimento para que pidiésemos disfrutar de “All that’s Left”.

La verdad es que su música tiene un feeling especial a pesar de que no es un material directo. Es más un veneno que va calando poco a poco bajo tu piel, caso de la delicada “Fend for Yourself”, tan evocadora como cautivadora. Steve Kitch es una de las piezas imprescindibles para hacer sonar el grupo con esas atmósferas tan especiales gracias a sus teclados. Uno de los momentos de la noche acaeció con mi favorita de su nueva obra: “Rubicon”. Un single perfecto e incluso bastante duro. Una hipnótica “To Forget” y el tema que da nombre al nuevo disco hicieron acto de presencia con gran estilo y clase sobrada. Qué lástima que no podamos apreciar todo lo que hace Harrison tras los parches, pero la visibilidad no era la mejor…

De entre lo más aplaudido de la velada estuvo el “Give It Back”, que luciría bajo luces rojas y luego la ceremonial “The Final Thing of My Mind”. No es casualidad que este sea el tema que cierra el set y que marca la frontera con los bises. Impresionante canción que gana mucho en directo y que quedó potenciada por esas luces rojas. Luego sonó la maravillosa “In Exile”, que tras tantos días después del concierto no puedo quitarme de la cabeza y sigo repitiendo ese estribillo memorable. “Alone at Sea” sigue disfrutando de una posición inmejorable y es la encargada de cerrar sus veladas.

Impresionante tramo final de un grupo que está destinado a ser uno de los nombres de referencia del progresivo emocional. Llevo unos días muy obsesionado con las piñas robadas y les escucho a todos ratos, un síntoma muy evidente de que su propuesta es maravillosa. Siempre van a ser comparados con Steven Wilson y Porcupine Tree por razones evidentes, pero cada obra de Bruce Soord es un paso adelante en el que intenta poner algo de tierra de por medio y tirar de personalidad propia, algo que, a estas alturas, es más que evidente. Y un abrazo al loco que vino al concierto con una piña luminosa en luces de neón demostrando que le prog también tiene su humor particular.

By Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.

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