Banda: Avantasia
Lugar: Sala Razzmatazz (Barcelona) – 11 de abril de 2025
Promotor: Madness Live
Texto: Òscar Saro
Fotos: Luca Apperti
Avantasia continua siendo una mezcla infalible entre la grandeza épica de la ópera clásica y el poder electrizante del metal
Tobias Sammet es uno de los más listos de la clase y ha logrado crear un universo sonoro propio basado en composiciones de largo aliento, construidas como piezas narrativas poderosas y bajo una visión estratégica de contar con una selección de vocalistas que aportan matices interpretativos diversos y complementarios. Es cierto que lleva más de 20 años caminando en una misma dirección, pero ¿para qué cambiar una fórmula si has conseguido un estilo épico, efectivo y reconocible? Avantasia es una mezcla infalible entre la grandeza épica de la ópera clásica y el poder electrizante del metal.

Volver a ver la explosión teatral de Avantasia en directo en Barcelona me despertó de nuevo esta reflexión, que recuerdo haberla escrito anteriormente. Un concierto que forma parte de la gira de presentación de su décimo trabajo de estudio Here Be Dragons (lanzado el 28 de febrero y del que podéis leer una crítica detallada en nuestra web). En Barcelona el concierto tuvo lugar en la sala Razzmatazz, que el propio Tobias Sammet nos explicó que era el recinto más pequeño de la gira, que le gustaba especialmente el calor y la energía del lugar, y que había pisado este mismo escenario por primera vez el 1999. Anoté la fecha, pensado en comprobarla en el momento de escribir esta crónica, porque algo no me cuadraba. Y efectivamente, Sammet se refería al 12 de febrero del 1999, cuando la sala tenía otro nombre: Zeleste, la banda también era otra: Edguy, y la gira era la de presentación de su tercer álbum Theater of Salvation. Es un momento relevante de contar, porqué la biografía de Avantasia expone que fue justamente en esa misma gira de finales del siglo XX cuando el genio alemán gestó la idea de escribir una ópera metal invitando a varios artistas destacados. De estas brasas nació la ópera prima The Metal Opera, publicada en julio del 2001. Y lo que fue un divertimento inicial, se ha convertido en un proyecto con marca propia y con una vida que parece que podría llegar a trascender más allá de lo que aguante la voz de su creador.
Os recomiendo también que no es perdáis la extensa entrevista que mi compañero Albert Perera le hizo a Tobias Sammet y que podéis leer en tres entregas: parte 1, parte 2 y parte 3.
Trece artistas dando forma al universo Avantasia
Acompañando a Tobias Sammet, vimos a los tres músicos oficiales de la banda: Sascha Paeth solvente con la guitarra, Felix Bohnke poderosísimo frente a la batería y Michael Rodenberg en un teclado en el que nacen los momentos más reconocibles de cada canción. Los tres se vieron acompañados por dos músicos habituales de apoyo en directo: Arne Wiegand a la guitarra y Andre Neygenfind al bajo.
Durante todas las canciones se mantuvo estable un coro de tres cantantes que únicamente dejaron su lugar para hacer de solista en alguna canción:

- Adrienne Cowan (Cantante de Seven Spires)
- Herbie Langhans (Cantante de Radiant, Firewind o Sonic Haven)
- Chiara Tricarico (Cantante de Teodasia, Ravenword o Moonlight Haze)
Y a las tres voces del coro se les sumaron cuatro cantantes invitados más, que intervinieron organizadamente en varias de las canciones, formando duetos o tríos con Tobias o llegando incluso a permitir que el jefe descansara durante una parte del show:
- Tommy Karevik (cantante de Kamelot y Seventh Wonder)
- Ronnie Atkins (cantante de Pretty Maids)
- Eric Martin (cantante de Mr. Big)
- Kenny Leckremo (cantante de H.E.A.T.)
La sensación en directo es realmente de sincronía y poder. Más que una suma de colaboraciones, el show se desarrolla en un proyecto coral y musical coherente, donde cada voz y cada instrumento cumple una función específica en el desarrollo dramático de la obra. En los últimos compases del espectáculo pudimos verlos todos trece juntos encima del escenario.
Casi tres horas de un espectáculo extenso, ambicioso y milimétrico

Con puntualidad absoluta se cerraron las luces y vimos un telón traslúcido que dejaba entrever a los músicos ocupando sus posiciones. El momento de carga teatral, casi ceremonial, se alargó unos minutos hasta que el telón cayó y pudimos ver la escenografía en la que íbamos a perdernos durante las próximas tres horas: un fondo con una valla tétrica y puntiaguda, coronada por faroles antiguos y una puerta central como acceso literal y simbólico a ese mundo de pesadillas teatrales. Y unos chorros de humos verticales constantes a modo de niebla en la que se abrazaron durante todo el concierto. Una escena claramente inspirada en la temática de pesadilla de medianoche de “Creepshow”, uno de sus nuevos sencillos y tema con el que abrieron la noche, acompañado del mar de móviles grabando que constituye una frecuente locura inicial en todos los conciertos.
Siguiendo con “Reach Out for the Light”, Adrienne Cowan dejó el coro y se acercó a cantar con Tobias. Vimos el primer diálogo de guitarras de la noche y la cantante mostró estar en plena forma para respirar energía cantando y para subir el tono de la canción con solvencia.
Arropado los primeros “oe oe oe oeees” del público, Sammet nos saludó y nos prometió una noche memorable, para continuar con otro tema nuevo, “The Witch” junto a un aclamado Tommy Karevik que cantó encapuchado. El público coreó el estribillo y eso siempre es señal de que el material nuevo ya ha calado.
Para introducir “Devil in the Belfry” nos explicó que era la primera vez que la tocaban en España y también la primera vez que la tocaban en Catalunya, presentándose a si mismo como una persona lista e informada. Herbie Langhans bajó del coro para co-protagonizar la parte vocal, mostrando su característica voz metalera cargada de potencia.

Fue este el momento en el que Sammet se quitó las gafas, reconociendo que lo hacía en cuando los fotógrafos ya no estaban en el foso. Porqué ya no estoy tan joven como antes, nos dijo. Alargó su elocuencia con un discurso para presentar el nuevo tema “Phantasmagoria”, con el que alentó al público a aplaudir con fervor el anuncio de canciones nuevas, porqué esa era la energía que los grupos necesitaban para continuar escribiendo nuevo material. Ronnie Atkins fue el cantante encargado de participar en la canción, siendo quizás el vocalista menos lucido de la noche.
Y llegó el turno de Eric Martin que empezó solo con “What’s Left of Me” al que se acabó uniendo Tobias. Eric nos saludó, se mostró contento de formar parte de esta familia y continuó con un “Dying for an Angel” que supuso una de las grandes explosiones de la noche y donde vimos momentos de vacile entre los coristas y Rodenberg.
Otro nuevo colaborador era Kenny Leckremo, que pisó el escenario para “Against the Wind” con una estética muy al estilo Bruce Dickinson joven, mostrando un chorro de voz huracanado y una energía contagiosa. Su participación elevó la canción y acabó con una merecida ovación.

Llegamos al tema que da nombre al nuevo álbum “Here Be Dragons” que Tobias presentó como un reto en directo, suponemos que por las partes agudas. Lo volvió a acompañar Karevik que defendió el tema con solvencia y acabó pidiendo una aclamación para su jefe.
Cowan volvió a dejar el coro pata defender “Avalon” y volver a mostrar sus tonos más agudos, erigiéndose en la vocalista más en forma de la noche. Y continuaron con “Let the Storm Descend Upon You” un tema antiguo del álbum Gosthlights, cantada en formato trío con Sammet junto a Atkins y Langhans y con momento instrumental durante el cual los vocalistas se retiraron del escenario.
Sin Sammet, Atkins junto a Martin tomaron las riendas de “Promised Land” que nos regaló momentos de coreografía del coro y de las tres cuerdas juntas en un punto del escenario. Tobias volvió para “The Toy Master” en el que quizás fue el punto menos álgido de la noche.

Y así se inició un momento de tres canciones sin el maestro, con una “Twisted Mind” interpretada por Atkins y un Martin que interactuó con el coro y con la que consiguieron llenar la sala de un mar de brazos al aire. Seguida de “The Wicked Symphony”, cantada por Karevik y Leckremo, con la que alentaron al público a responder a cada cantante y acabaron en un duelo vocal. Y con el momentazo de “Shelter from the Rain” a cargo de Leckremo y Langhans.
Tobias Sammet volvió al escenario para agradecernos la intensidad del momento y para hacerse una foto con el público. De esta manera llegamos al esperado momento de “Farewell” que nos proporcionó, junto a una elegante Chiara Tricarico, el momento más bonito y emocional de la noche.
Llegamos al final del pase principal con “The Scarecrow”, junto a Atkins, en la que vimos un momento instrumental progresivo que culminó en dos poderosos solos de guitarra, y con “Death Is Just a Feeling” en la que Sammet se acercó a la puerta de decorado para reírse terroríficamente y acabar con la palidez del muerto viviente, “I’m just a little pale”.

Aprovecharon la pausa de los bises para trasladar el piano de cola que Sammet usó para empezar “Lucifer” en la que acabaron añadiéndose todos los músicos. Continuaron con una cantadísima “Lost in Space”, que presentaron como la única de sus canciones que ha llegado al top ten. Aunque Sammet se encargó de matizar que el no cambia ningún éxito en las listas por un público como nosotros. Peloteo clásico que la emoción del momento convirtió en ingenioso.
El show de Avantasia concluyó con “Sign of the Cross” empalmada con “The Seven Angels” y con todos los músicos y vocalistas reunidos en el escenario, una imagen poderosa que remite directamente al desenlace de una gran ópera clásica. Como en los grandes finales operísticos, donde todos los personajes confluyen en escena para cerrar la trama en un clímax coral. La banda culminó su espectáculo con una interpretación colectiva que no solo sumó voces e instrumentos, sino que simbolizó el cierre de una narrativa compartida. Una espesa lluvia de papelitos más grandes que los clásicos confetis nos bañó por completo para dejarnos con un buen sabor de boca y con ganas de que este proyecto nos siga proporcionando noches de ópera metal como la vivida en Barcelona.




